Cada trimestre, los titulares alertan sobre una inminente “ola” de vencimientos de opciones que podría sacudir el precio de Bitcoin (BTC). Esta vez, el número impresiona: $13 mil millones en contratos derivados listos para expirar en Deribit, la plataforma que concentra casi el 90% del interés abierto en opciones de BTC a nivel global.
Sin embargo, para los operadores profesionales, se trata simplemente de otro viernes más dentro del ciclo mecánico de volatilidad que define al mercado cripto actual.
Un mecanismo ya conocido
Los vencimientos de fin de mes y de trimestre siguen una cadencia predecible. Cada último viernes del período, los contratos de corto plazo se liquidan al mismo tiempo, generando picos visibles en el gráfico de interés abierto por vencimiento.
Días antes de la fecha límite, los traders “rolan” sus posiciones hacia nuevos vencimientos, lo que significa que gran parte del volumen notional en este caso, esos $13 mil millones ya ha sido neutralizado antes de que llegue la liquidación.
Durante 2025, expiraciones de $11,7 mil millones en mayo, $15 mil millones en junio y $14 mil millones en agosto pasaron sin mayor efecto sobre el precio al contado.
El tamaño, por sí solo, no mueve el mercado: lo que importa es cómo están posicionados los operadores.
Por qué el precio se mantiene estable
En los días previos al vencimiento ocurre un fenómeno llamado “gamma pinning”, donde los creadores de mercado largos en volatilidad equilibran su exposición comprando en las caídas y vendiendo en los repuntes.
Estas operaciones de cobertura tienden a encajonar el precio de Bitcoin cerca del nivel de “max pain”, es decir, el punto donde la mayoría de compradores de opciones pierden valor.
Cuando los contratos expiran, ese equilibrio desaparece. El llamado “gamma reset” elimina la presión de cobertura y el precio recupera libertad de movimiento. Según Glassnode, este proceso se repite cíclicamente, con la volatilidad implícita (IV) ajustándose a nuevos niveles a medida que el interés abierto se reconstruye.
La señal del DVOL
El termómetro de este ciclo es el DVOL, el índice de volatilidad de 30 días de Deribit.

A fines de octubre, el DVOL superó el 70%, reflejando la demanda de protección ante la incertidumbre macro. Pero, conforme se acerca el vencimiento, este indicador tiende a descender, salvo que surja un evento externo como datos económicos, flujos de ETF o un shock de liquidez que reavive la tensión.
En términos simples, un DVOL alto indica expectativa de turbulencia; un DVOL bajo, calma de mercado.
La comparación entre el DVOL y la volatilidad realizada revela si los vendedores de opciones están cobrando una prima por riesgo o si el mercado se muestra complaciente.
ETF, CME y la madurez del mercado
A diferencia de ciclos anteriores, hoy la volatilidad del Bitcoin no depende solo de los exchanges cripto.
Los ETF al contado se han convertido en un amortiguador institucional: en octubre, los fondos de inversión en criptomonedas recibieron casi $6 mil millones en flujos netos, ofreciendo una demanda sostenida que mitiga los movimientos bruscos del spot.
En paralelo, las opciones de CME dirigidas a operadores regulados en EE. UU. ganan protagonismo, mientras Deribit mantiene su liderazgo en la operativa offshore.
El resultado es un mercado bifurcado: CME representa la cobertura institucional y Deribit define la volatilidad cripto-nativa. Su interacción explica por qué incluso los vencimientos récord hoy transcurren sin sobresaltos.
Lo que viene después del vencimiento
Tras el cierre de contratos, tres factores marcarán el pulso del próximo ciclo:
Reconstrucción del interés abierto: mostrará hacia dónde se inclina el sentimiento (calls o puts).
Estructura del DVOL: una prima decreciente en el corto plazo sugiere normalización; una elevada, incertidumbre persistente.
Flujos macro y de ETF: cualquier desviación en liquidez institucional puede alterar el equilibrio en cuestión de horas.
Los vencimientos masivos de opciones ya no son detonantes de pánico, sino rituales de reequilibrio en un mercado más sofisticado.
Lo que antes se interpretaba como amenaza, hoy es simplemente el latido regular del ecosistema derivado de Bitcoin, donde la verdadera historia no está en los miles de millones que expiran, sino en cómo los traders reciclan la volatilidad para mantener vivo el ciclo.



