La explosión de tokens sin fundamentos y la falta de regulación llevan al ecosistema cripto a una crisis de confianza sin precedentes
El año 2025 pasará a la historia como el periodo con el mayor número de fracasos en proyectos cripto, marcando un punto de inflexión en la evolución del ecosistema de las criptomonedas. De acuerdo con un informe reciente de CoinGecko, más del 52% de las criptomonedas lanzadas desde 2021 han colapsado, una cifra que se traduce en un asombroso total de 1.821.549 proyectos fallidos solo en el primer trimestre del año.
Este fenómeno, que supera ampliamente los datos de años anteriores, no solo evidencia la fragilidad de muchos desarrollos dentro del mercado cripto, sino también el impacto de una expansión descontrolada alimentada por la especulación y la facilidad para lanzar nuevos tokens.
Una escalada sin precedentes en los fracasos cripto
Los números hablan por sí solos. Desde 2021, la cantidad de proyectos de criptoactivos que no lograron sostenerse ha crecido exponencialmente:
2021: 2.584 proyectos fallidos
2022: 213.075
2023: 245.049
2024: 1.382.010
2025: 1.821.549 (hasta marzo)
La progresión muestra una clara tendencia hacia la saturación del mercado. Este crecimiento explosivo de proyectos sin respaldo ha sido impulsado, en parte, por plataformas como GeckoTerminal, que registró un aumento de tokens listados desde 428.000 en 2021 hasta más de 7 millones en 2025.
Number of Failed Crypto Coins By Year
2021: 2,584
2022: 213,075
2023: 245,049
2024: 1,382,010
2025: 1,821,549— CoinGecko (@coingecko) May 2, 2025
La democratización de la creación de tokens: ¿bendición o maldición?
Uno de los elementos clave que ha alimentado esta ola de fracasos es la facilidad técnica para crear criptomonedas. Gracias a herramientas de desarrollo cada vez más accesibles, incluso individuos sin conocimientos en programación pueden lanzar sus propios activos digitales.
Esta democratización, aunque positiva en términos de inclusión tecnológica, también ha abierto la puerta a una gran cantidad de proyectos sin una propuesta de valor clara, ni una hoja de ruta técnica o financiera sólida. Muchos de estos tokens son lanzados como parte de esquemas especulativos, o incluso con intenciones maliciosas, como los infames «rug pulls», estafas en las que los desarrolladores desaparecen con los fondos de los inversores.
Impacto directo en la confianza del inversor
La consecuencia directa de este ecosistema saturado es una pérdida significativa de confianza por parte de los inversores, especialmente los minoristas, que han ingresado al mundo de las criptomonedas atraídos por la promesa de ganancias rápidas y libertad financiera.
Uno de los casos más emblemáticos en 2025 fue el de $LIBRA, una criptomoneda promovida en Argentina con el apoyo del propio presidente Javier Milei. Inicialmente celebrada como un símbolo de independencia económica, $LIBRA se desplomó abruptamente tras un breve pico de valoración, causando pérdidas millonarias y generando una crisis política en la región.
Este ejemplo refleja la urgencia de establecer mecanismos de supervisión y control que eviten que se repitan este tipo de episodios.
Una llamada urgente a la regulación y la educación cripto
Como periodista especializado en el sector cripto desde hace más de diez años, he sido testigo tanto de los avances revolucionarios como de los episodios oscuros de este ecosistema. La situación actual exige una acción inmediata y coordinada por parte de los reguladores, desarrolladores y la comunidad en general.
Es imprescindible construir marcos regulatorios claros y funcionales, que protejan a los inversores sin frenar la innovación. Al mismo tiempo, debemos fomentar la educación financiera y tecnológica, para que cada usuario pueda evaluar con criterio los proyectos en los que decide invertir.
La industria cripto está en un momento crucial de su desarrollo. Aunque los fracasos de 2025 han puesto en evidencia las debilidades del sistema, también ofrecen una oportunidad invaluable para reestructurar, limpiar y fortalecer el entorno digital que definirá el futuro financiero global.