El poder de la paciencia: la nueva fuerza detrás del rally de Bitcoin
¿Qué impulsa el precio de Bitcoin (BTC) más allá de los $120.000? No son solo los flujos institucionales o los vientos macroeconómicos. Detrás de la criptomoneda líder se esconde una fuerza silenciosa pero decisiva: la creciente participación de los inversores de largo plazo que han decidido no vender.
Según un reciente informe de CryptoQuant, el repunte actual de Bitcoin no solo responde a la debilidad económica global o al auge de los ETF al contado, sino también al aumento en el número de holders que mantienen sus monedas entre 18 y 24 meses, mostrando una convicción cada vez más firme sobre el futuro del activo digital más importante del mundo.
Los supervivientes del mercado bajista toman el control
El analista seudónimo Avocado_onchain destaca que muchos de los actuales tenedores de Bitcoin son aquellos que atravesaron el último mercado bajista y ahora, lejos de vender por necesidad, están reteniendo sus activos por convicción.
Este comportamiento coincide con el cambio estructural que significó la aprobación de los ETF de Bitcoin al contado en Estados Unidos en enero de 2024, un hito que marcó un antes y un después en el mercado cripto.
“El paso de una resistencia pasiva a una convicción activa refleja una creencia más profunda en el valor a largo plazo de Bitcoin”, señala el analista.
El crecimiento de este grupo no es menor: su comportamiento sugiere que cada vez más inversores no están simplemente soportando las condiciones del mercado, sino que están posicionándose estratégicamente para el crecimiento futuro.
Factores macroeconómicos e institucionales refuerzan el impulso
Aunque la fe de los tenedores a largo plazo es crucial, el entorno macro también ha sido un catalizador del reciente ascenso. La crisis política en EE. UU. con el cierre temporal del gobierno, junto con datos económicos débiles y un aumento en las pérdidas laborales, han fortalecido la percepción de Bitcoin como activo refugio frente a la incertidumbre financiera.
En paralelo, el Departamento del Tesoro estadounidense aclaró que las ganancias no realizadas en Bitcoin mantenidas por empresas no serán gravadas, lo que podría acelerar la adopción corporativa.
A esto se suman las fuertes entradas institucionales, con casi 1.000 millones de dólares fluyendo a los ETF de Bitcoin en septiembre y con el fondo de BlackRock superando los 80.000 millones de dólares en activos.
Bitcoin ante una prueba decisiva
Actualmente, Bitcoin está probando la zona clave entre $120.000 y $122.000, considerada por los analistas como el punto que definirá la tendencia a corto plazo. Un rompimiento limpio por encima podría abrir la puerta a nuevos máximos históricos, mientras que un rechazo podría provocar una corrección hacia los $100.000.
En el plano técnico, el rendimiento de Bitcoin es sólido: +1,3% en 24 horas, cerca de +10% semanal, +8% mensual y un impresionante +96% interanual.
Algunos expertos incluso comparan este ciclo con el del oro, que alcanzó recientemente los $3.900 por onza. Históricamente, Bitcoin ha seguido con un desfase de aproximadamente ocho semanas, lo que podría impulsar un rally explosivo en noviembre. En este escenario, los pronósticos que apuntan a $150.000 en las próximas semanas ganan cada vez más tracción.
Un mercado impulsado por convicción
El nuevo ciclo alcista de Bitcoin no se sostiene únicamente en factores coyunturales. Está cimentado en la convicción de quienes creen en su valor a largo plazo, en la transformación estructural que implican los ETF y en un entorno macroeconómico que refuerza su narrativa como reserva de valor.
A medida que la oferta líquida disminuye y la demanda institucional se acelera, el mercado parece estar entrando en una fase en la que la paciencia estratégica de los holders podría ser el verdadero motor detrás del próximo gran salto de Bitcoin.
