El domingo por la mañana, el precio de Bitcoin (BTC) cayó abruptamente desde cerca de 103.000 dólares hasta los 99.700 dólares, después de que el Parlamento de Irán aprobara una moción para cerrar el Estrecho de Ormuz, uno de los pasos marítimos más estratégicos para el comercio global de petróleo y energía. Aunque la medida aún no ha sido ejecutada, su sola aprobación encendió las alarmas en los mercados internacionales, que reaccionaron con caídas y volatilidad.
La decisión de los legisladores iraníes se produce en un momento especialmente delicado: horas antes, Estados Unidos había lanzado ataques coordinados contra instalaciones nucleares en Irán, en el marco de una escalada de tensión con Israel. El presidente Donald Trump calificó las operaciones como “muy exitosas”, y dejó claro que la intervención militar no ha terminado. En este contexto, la amenaza iraní de cerrar el Estrecho de Ormuz se interpreta como una respuesta directa a la ofensiva estadounidense.
¿Qué significa cerrar el Estrecho de Ormuz?
El Estrecho de Ormuz es un canal marítimo de apenas 39 kilómetros en su punto más estrecho, que conecta el Golfo Pérsico con el Mar Arábigo. A través de él transita aproximadamente un 20% del petróleo que se consume diariamente en el mundo: unos 20 millones de barriles por día. Representa además casi un tercio del comercio marítimo global de crudo, lo que convierte al estrecho en un punto neurálgico de la economía global.
Este paso es vital para países altamente dependientes de las importaciones de energía, como China, Japón, India y Corea del Sur. Por ejemplo, China obtiene cerca de la mitad de sus importaciones de crudo a través de este estrecho. Cualquier interrupción en el tráfico marítimo aquí tendría consecuencias económicas profundas, no solo en Asia, sino en todo el mundo.
El petróleo al alza, el Bitcoin a la baja
Tras la noticia de la amenaza iraní, los mercados energéticos reaccionaron con aumentos en el precio del petróleo, que ya cotizaba por encima de los 90 dólares el barril. Analistas no descartan que el precio supere los 100 dólares si la medida se concreta, e incluso podría dispararse hasta los 120 o 150 dólares en un escenario de cierre prolongado.
En contraste, el precio de Bitcoin cayó más de 3.000 dólares en cuestión de horas. Esta reacción pone en duda la narrativa de que el BTC actúa como refugio seguro en tiempos de incertidumbre. A pesar de que muchos defensores del criptoactivo lo comparan con el oro digital, lo cierto es que su comportamiento sigue mostrando una alta sensibilidad ante eventos geopolíticos extremos.
Consecuencias económicas globales
Las repercusiones del cierre del Estrecho de Ormuz van mucho más allá del petróleo. Si la medida se concreta, los costos del transporte, de la energía, y de los bienes de consumo se verían incrementados a nivel mundial. El 95% de los productos manufacturados en el mundo depende directa o indirectamente del petróleo para su producción o distribución.
Los economistas ya advierten que un aumento sostenido del precio del crudo tendría un impacto directo en la inflación global. Algunos estiman que un cierre prolongado del Estrecho podría provocar una caída del 1% al 2% del PIB mundial, debido a la contracción del consumo y la ralentización de la producción industrial.
En este escenario, los bancos centrales se enfrentan a un dilema complejo: ¿deben subir las tasas de interés para frenar la inflación, aun a costa de frenar el crecimiento económico? ¿O deben mantener estímulos para evitar una recesión, arriesgándose a que la inflación se descontrole?
Bitcoin: ¿activo de refugio o activo de riesgo?
La caída del precio de BTC en un contexto de crisis geopolítica pone sobre la mesa una discusión que lleva años: ¿es realmente Bitcoin un activo de refugio? Para muchos, el comportamiento del mercado cripto durante eventos como guerras, conflictos o pandemias muestra que aún se percibe como un activo especulativo, más que como un instrumento de resguardo de valor.
Sin embargo, algunos analistas sostienen que la caída actual puede deberse más a ventas masivas de corto plazo que a un cambio estructural. En otras palabras, el pánico de los inversionistas podría haber causado una toma de ganancias ante la incertidumbre. A largo plazo, aseguran, Bitcoin podría beneficiarse si se profundiza la desconfianza en los sistemas financieros tradicionales.
Mientras el mundo observa con preocupación la escalada del conflicto entre Irán, Israel y Estados Unidos, y espera la decisión final del líder supremo Ali Khamenei sobre el cierre del Estrecho de Ormuz, los mercados se preparan para tiempos turbulentos. En este escenario, Bitcoin parece no estar jugando aún el papel de refugio que muchos esperaban, pero su evolución dependerá de factores más amplios en los próximos días y semanas.