Los datos publicados este jueves no solo sorprendieron al mercado tradicional, sino que provocaron una reacción inmediata en el precio de la principal criptomoneda, reactivando las expectativas de un entorno monetario más flexible en 2026.
El Índice de Precios al Consumidor (CPI) de Estados Unidos correspondiente a noviembre se ubicó por debajo de las proyecciones del mercado, generando un impacto casi instantáneo en los mercados financieros y, en particular, en el ecosistema cripto.
Según los datos oficiales, el CPI interanual fue de 2,7%, frente a una expectativa de 3,1%. Por su parte, el Core CPI, que excluye alimentos y energía por su volatilidad, se situó en 2,6%, también por debajo del consenso que apuntaba a 3,0%. Esta desaceleración inflacionaria refuerza la narrativa de que la presión sobre la política monetaria estadounidense continúa cediendo.
Bitcoin responde en tiempo real al dato macro
En el mercado de criptomonedas, la reacción no se hizo esperar. Bitcoin (BTC), que se negociaba ligeramente por encima de los $87.000, registró un movimiento alcista inmediato de más de $1.000, alcanzando la zona de $88.500 minutos después de conocerse el informe.
Este tipo de reacción confirma, una vez más, la creciente sensibilidad de Bitcoin a los indicadores macroeconómicos, en especial a aquellos vinculados a la inflación y a las expectativas sobre las tasas de interés de la Reserva Federal (Fed).
Desde una perspectiva de mercado, una inflación más baja amplía el margen para futuros recortes de tasas, un escenario históricamente favorable para los activos de riesgo, incluyendo Bitcoin, Ethereum y el sector blockchain en general.
Política monetaria, tasas y narrativa cripto
La lectura del CPI refuerza la tesis de que la Fed podría avanzar hacia una política más acomodaticia durante los próximos trimestres. En el trasfondo, algunos analistas ya comienzan a vincular estos datos con el objetivo político —planteado en campaña— de llevar las tasas de interés hacia el 1% en 2026, un cambio estructural que tendría profundas implicaciones para los mercados financieros globales.
Para Bitcoin, este contexto macro resulta especialmente relevante. En un entorno de menores rendimientos reales y mayor liquidez, el activo digital vuelve a posicionarse como reserva de valor alternativa, además de beneficiarse del aumento en el apetito por riesgo.
Análisis técnico: niveles clave tras el rebote
El gráfico actual de BTC muestra que el precio encontró impulso tras apoyarse cerca de la banda media de Bollinger, con un avance que lo llevó a testear la zona cercana a la banda superior, alrededor de los $88.800. El RSI en temporalidad de 4 horas se mantiene en terreno neutral-alcista, lo que sugiere margen para continuidad, aunque sin señales claras de sobrecompra por ahora.
La zona entre $88.500 y $89.000 aparece como una resistencia inmediata, mientras que el área de $87.000–$87.300 se consolida como soporte de corto plazo tras la reacción al dato inflacionario.
La publicación del CPI de noviembre no solo alivió las expectativas inflacionarias en Estados Unidos, sino que volvió a poner de relieve cómo Bitcoin opera cada vez más como un termómetro macro, reaccionando en tiempo real a los datos económicos que definen el rumbo de la política monetaria global.


