El índice BVIV cae a mínimos históricos mientras el precio de BTC se mantiene cerca de máximos.
La volatilidad implícita y la realizada muestran una de las mayores brechas en dos años.
Bitcoin está atravesando un momento atípico en su historia reciente. A pesar de mantenerse por encima de los $110.000, el mercado muestra signos claros de compresión extrema de volatilidad, algo que ha encendido las alertas entre analistas e inversores institucionales.
Un nuevo mínimo para el BVIV
El Bitcoin Volatility Index (BVIV), considerado el equivalente cripto del índice VIX, registró el 7 de agosto de 2025 un valor de 36.3, su punto más bajo desde que se comenzó a medir, igualando el mínimo histórico alcanzado en agosto de 2023. Este indicador se construye a partir de la volatilidad implícita a 30 días en opciones de BTC listadas en Deribit, promediando puts y calls fuera del dinero y ajustando por liquidez y sesgo.
En un entorno tradicional, los activos que alcanzan nuevos máximos tienden a experimentar aumentos en la volatilidad, impulsados por el frenesí especulativo y la búsqueda de cobertura. Sin embargo, Bitcoin ha hecho lo contrario: ha subido mientras la volatilidad se contrae.
Un cambio estructural en el mercado
Desde septiembre de 2022, el BVIV ha oscilado entre 96.6 durante el colapso de FTX y su nivel actual. Pero lo que realmente llama la atención es la creciente correlación negativa entre la volatilidad implícita y el precio del activo. En las últimas 12 semanas, esta correlación ha alcanzado -0.45, frente a un promedio histórico de -0.13.
Esto no es casual. Señala una transformación estructural: el mercado de opciones de Bitcoin es ahora más profundo, líquido y maduro, con una creciente participación de estrategias institucionales orientadas a vender volatilidad. Fondos cuantitativos, mesas de productos estructurados y dealers están encontrando terreno fértil para asumir posiciones de bajo riesgo en entornos de rango limitado.
Datos que revelan un desequilibrio
En la semana finalizada el 4 de agosto, Bitcoin se movió en un rango estrecho entre $109.200 y $121.000, cerrando en $115.050,91. En paralelo, la volatilidad realizada a 30 días fue de apenas 24%, lo que deja una brecha de 12 puntos porcentuales con respecto a la volatilidad implícita. Esta diferencia representa una de las más amplias de los últimos dos años y refleja un mercado que, en apariencia, se ha “acomodado” a la calma.
Además, la estructura plana de los contratos de opciones y la ausencia de primas significativas apuntan a un consenso: no se espera un catalizador de dirección en el corto plazo. Pero esto podría estar generando una falsa sensación de estabilidad.
El riesgo de una ruptura abrupta
Históricamente, cada vez que el BVIV ha tocado estos niveles extremos como en agosto de 2023 o febrero de 2024 se ha producido una ruptura significativa en las semanas posteriores. En ambos casos, el índice superó los 55 puntos y el precio del BTC se movió más de 18% en cuestión de días.
Hoy, las condiciones técnicas son similares. Con opciones baratas en términos históricos y una confianza elevada en la continuidad de la tendencia alcista, los operadores que apuestan por un entorno controlado podrían quedar expuestos a un squeeze de volatilidad si el mercado gira de forma inesperada.
Una oportunidad y una advertencia
Para algunos traders, el entorno actual representa una oportunidad para posicionarse anticipadamente mediante estrategias largas de volatilidad como call spreads, strangles o estructuras de calendario a mediano plazo. Estas tácticas permiten aprovechar una eventual explosión de volatilidad comprando opciones a bajo costo.
Sin embargo, para otros, la narrativa predominante es una advertencia: cuando el mercado muestra tanta complacencia, cualquier evento exógeno como un shock macroeconómico, una regulación inesperada o una liquidación forzada podría desencadenar movimientos violentos.
El índice BVIV no miente: Bitcoin atraviesa su fase de mayor tranquilidad implícita en años. Pero la historia del mercado cripto ha demostrado que estos momentos rara vez duran. La baja volatilidad puede ofrecer estabilidad temporal, pero también prepara el terreno para movimientos tan rápidos como impredecibles.