Esa es la gran incógnita ahora que la criptomoneda líder cotiza en torno a los $117,000, mientras se acerca a una ventana histórica de 1,065 días tras el último halving, marcada tradicionalmente por un “máximo final” antes de retrocesos significativos.
El reloj del ciclo y la ventana crítica
De acuerdo con un análisis citado por Axios, en los ciclos anteriores de Bitcoin, este umbral de tiempo unos 1,065 días tras un mínimo de ciclo coincidió con la formación de picos relevantes, seguidos de correcciones del 40% al 60%.
En esta ocasión, la ventana se ubica entre finales de septiembre y principios de octubre de 2025, justo después de que la Reserva Federal (Fed) recortara las tasas de interés en 25 puntos básicos. Este cruce entre política monetaria y ciclo histórico convierte al periodo en un punto de máxima tensión para el mercado.
ETF: el primer factor decisivo
El flujo hacia los ETF de Bitcoin al contado será el primer indicador a vigilar. Datos de CoinShares muestran que a mediados de septiembre se registraron ingresos netos de cientos de millones de dólares diarios, con un máximo cercano a $260 millones en una sola jornada.
Con una emisión diaria de solo 452 BTC tras el último halving, la absorción de oferta por parte de los ETF multiplica por cuatro o siete la producción semanal de nuevos bitcoins. Esto reduce la capacidad del mercado de distribuir inventario en los picos y, en consecuencia, podría alargar el proceso de techo en lugar de marcar un único máximo.
Política monetaria: el segundo motor
La política de la Fed marca el otro eje de esta ecuación.
Un recorte dovish (acompañado de un discurso flexible) debilita al dólar y expande el apetito por riesgo, lo que históricamente favorece tanto a acciones como a criptomonedas.
Un recorte hawkish (con énfasis en la vigilancia de la inflación) limita el recorrido y añade presión a la liquidez.
La opción de no recorte, aunque improbable, habría tensado las condiciones financieras y dejado a los ETF como único soporte de la demanda.
Actualmente, el dólar muestra un sesgo a la baja y la inflación estadounidense se mantiene en niveles moderados —2.5% interanual para el índice general y 3.0% para el núcleo—, lo que otorga margen a políticas más expansivas.
Mineros: termómetro de presión
En paralelo, la red de Bitcoin opera con una tasa de hash de 1.0–1.1 ZH/s y dificultad en máximos históricos, de acuerdo con Hashrate Index. Esto mantiene el hashprice en torno a $53–55 por PH/día, según datos de Luxor.
Si el precio se mantuviera en los rangos bajos del escenario proyectado cercanos a $95,000, el hashprice caería hacia los $40 por PH/día, presionando los márgenes de los mineros y reactivando coberturas y aplazamiento de inversiones. Por ahora, se espera un crecimiento moderado del 3% al 7% en hashrate hacia noviembre.
Escenarios hacia finales de noviembre
Los escenarios proyectados en base a flujos de ETF y tono de política monetaria son los siguientes:
Con recortes dovish y entradas sostenidas de capital: BTC podría alcanzar entre $125,000 y $145,000, con hashprice entre $57 y $66 por PH/día.
Con recortes hawkish y entradas planas: BTC se movería entre $95,000 y $110,000, presionando el hashprice a $40–50 por PH/día.
Sin recorte y entradas débiles: el rango bajaría hasta $80,000–95,000, con hashprice en torno a $33–45 por PH/día.
Una oportunidad histórica
La combinación de un ciclo que se aproxima a su clímax, una política monetaria más flexible y unos ETF con fuerte demanda abre un escenario singular en la historia de Bitcoin.
Si los flujos de capital se mantienen firmes, el mercado podría no vivir un pico abrupto como en ciclos anteriores, sino un techo más redondeado con caídas menos pronunciadas, señal de la maduración de Bitcoin como activo financiero en la era de los ETF.