Durante décadas, esta narrativa ha circulado con fuerza entre traders e inversores de Bitcoin, y ha sido objeto de numerosos estudios y análisis en el campo de las finanzas. Sin embargo, nuevas investigaciones cuestionan su validez y sugieren que podría tratarse más de un mito que de una señal confiable. Por ejemplo, muchos analistas han revisado los datos históricos y han encontrado patrones que contradicen la creencia popular de que septiembre es un mes de caídas. La importancia de estudiar estas tendencias radica en que permite a los inversores tomar decisiones más informadas y basadas en datos concretos.
La fragilidad del mito estacional
Un informe reciente de la firma Market Radar analizó los supuestos patrones estacionales y concluyó que la llamada “debilidad de septiembre” carece de soporte estadístico. Según el estudio, gran parte de estas creencias provienen de promedios distorsionados por caídas históricas extremas o repuntes inusuales. Cuando se mide por medianas, una métrica que refleja mejor el rendimiento típico, septiembre muestra un retorno de apenas –0,3%, lejos de un colapso garantizado. Esta evidencia sugiere que los inversores deberían ser cautelosos al seguir estas narrativas sin un análisis detallado.
El reporte enfatiza que ningún mes del calendario financiero presenta una ventaja predecible: las tasas de acierto oscilan cerca de un 50%, prácticamente lo mismo que lanzar una moneda. Incluso diciembre, que suele considerarse un mes fuerte, apenas alcanza un 59% de “aciertos” en sus retornos positivos. Esto subraya la importancia de evaluar el desempeño de los activos en función de una variedad de factores y no dejarse llevar únicamente por creencias populares.
Bitcoin frente al “Septembear”
En el ecosistema cripto, la narrativa es aún más fuerte: Bitcoin ha registrado pérdidas en ocho de los últimos doce septiembres, lo que ha reforzado la etiqueta de “Septembear”. Sin embargo, críticos argumentan que esos datos históricos carecen de poder predictivo. La falta de una correlación clara sugiere que otros factores, como la regulación y el comportamiento del mercado, podrían ser más influyentes en el rendimiento de Bitcoin durante este mes. Por lo tanto, es fundamental considerar un enfoque más amplio al analizar su desempeño.
Durante las primeras jornadas de septiembre, la principal criptomoneda osciló entre 108.538 y 111.640 dólares, cerrando en torno a los 110.500 dólares, con un leve avance del 0,4% diario. Aunque todavía se encuentra un 11% por debajo de su máximo de agosto (124.000 dólares), Bitcoin mantiene un crecimiento interanual cercano al 88%, consolidándose como activo refugio frente a la volatilidad de altcoins.
Analistas destacan que la presión vendedora de los mineros en agosto, intensificada por los altos costos eléctricos, ha pesado en la cotización. Sin embargo, este factor tiende a diluirse en otoño, dejando espacio a dinámicas macroeconómicas más amplias.
Lo que realmente mueve al mercado
De acuerdo con Market Radar, los movimientos financieros no se rigen por rimas de calendario, sino por variables fundamentales: crecimiento económico, inflación y liquidez. En otras palabras, la estacionalidad es ruido y la macroeconomía es la señal. Esto significa que los inversores deben concentrarse en entender cómo estos factores impactan el mercado, en lugar de dejarse influenciar por patrones de tiempo. Analizar la relación entre la economía global y el rendimiento de Bitcoin puede ofrecer perspectivas valiosas para anticipar movimientos futuros.
En el caso de Bitcoin, su resiliencia y dominio sobre el mercado cripto evidencian que, más allá de los mitos estacionales, el activo sigue respondiendo principalmente a flujos de liquidez global, políticas monetarias y la dinámica propia de su red.
Finalmente, es importante considerar el impacto de la adopción institucional en el mercado de Bitcoin. A medida que más empresas y fondos de inversión comienzan a incluir Bitcoin en sus carteras, se valida aún más su papel como un activo de inversión serio. Este cambio en la narrativa puede influir en la estabilidad y el precio de Bitcoin, especialmente durante meses críticos como septiembre.
Además, es crucial observar cómo eventos externos, como la política monetaria de los bancos centrales y las crisis económicas, pueden afectar la percepción de Bitcoin como refugio seguro. Por ejemplo, durante períodos de alta inflación, muchos inversores tienden a buscar activos alternativos como Bitcoin, lo que puede conducir a aumentos en su valor. Esto resalta la importancia de observar el contexto global y cómo afecta la demanda de criptomonedas.


