La firma de inversiones más grande del mundo realiza su primer movimiento en el ecosistema cripto mediante la adquisición de participaciones en fondos cotizados vinculados a Bitcoin.
En un giro que podría redefinir el panorama de inversión institucional en criptoactivos, Blackstone, el gestor de activos alternativos más grande del mundo con más de 1,2 billones de dólares bajo administración, ha realizado su primera incursión directa en criptomonedas mediante una inversión de $1,08 millones en el ETF de Bitcoin de BlackRock, el iShares Bitcoin Trust (IBIT).
Esta adquisición se realizó a través del fondo Blackstone Alternative Multi-Strategy Fund (BTMIX), según documentos presentados ante la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). En detalle, Blackstone compró 23.094 acciones del IBIT al 31 de marzo de 2025. Aunque representa una fracción modesta de su portafolio, esta acción marca un cambio rotundo en la postura histórica de la firma respecto a los activos digitales.
Diversificación cripto: ETF y más allá
Junto con la adquisición del IBIT, Blackstone también invirtió en otros instrumentos vinculados a Bitcoin. La firma adquirió 9.889 acciones del ProShares Bitcoin Strategy ETF (BITO), valoradas en aproximadamente $181.166, y 4.300 acciones de Bitcoin Depot Inc., una empresa operadora de cajeros automáticos de criptomonedas, por un total de $6.300. Estos movimientos reflejan una estrategia diversificada para ganar exposición al mercado cripto a través de instrumentos regulados y vehículos institucionales.
IBIT: El ETF de Bitcoin con mayor adopción en EE. UU.
Lanzado en enero de 2024, el ETF IBIT de BlackRock ha emergido como el fondo cotizado en bolsa de Bitcoin más exitoso del mercado estadounidense. Con más de $46,1 mil millones en entradas netas y una racha de 20 días consecutivos de flujos positivos hasta abril de 2025, IBIT se ha consolidado como la opción preferida entre los inversores institucionales que buscan exposición a Bitcoin sin tener que adquirir el activo directamente.
Este desempeño ha generado una mayor confianza entre grandes actores financieros, quienes ven en estos ETFs una forma segura y regulada de incursionar en el mundo de los criptoactivos.
Cambio de paradigma en Blackstone
La decisión de Blackstone representa un cambio de rumbo en su visión tradicional sobre las criptomonedas. En 2019, su CEO Stephen Schwarzman manifestaba escepticismo frente a la adopción de blockchain como moneda. «Me crié en un mundo donde alguien necesita controlar las monedas», declaraba entonces. Sin embargo, el crecimiento del mercado de ETFs vinculados a Bitcoin y la presión de los inversores institucionales parecen haber influido en una reevaluación de esa postura.
El ETF como puerta de entrada para las instituciones
Este tipo de inversiones refleja una tendencia más amplia: las instituciones financieras están utilizando ETFs de Bitcoin y productos similares como mecanismos para participar en el ecosistema cripto sin exponerse directamente a la volatilidad y complejidad de gestionar criptomonedas. Esto ofrece ventajas en términos de regulación, custodia y cumplimiento normativo.
La participación de Blackstone en estos productos podría acelerar la adopción institucional de ETFs de criptomonedas, contribuyendo a la legitimación del sector y al desarrollo de productos financieros más sofisticados que integren activos digitales.
Implicaciones para el mercado y futuros desarrollos
Aunque la cantidad invertida pueda parecer modesta en comparación con el tamaño del portafolio de Blackstone, el simbolismo es contundente. El respaldo de una firma tan influyente representa un espaldarazo a la tesis de que los ETFs de Bitcoin al contado han llegado para quedarse.
Este paso también podría motivar a otros gigantes financieros a considerar movimientos similares, ampliando el espectro de participación institucional y atrayendo nuevos capitales al mercado de criptomonedas.
En definitiva, la decisión de Blackstone de invertir en ETFs de Bitcoin marca un hito en la convergencia entre las finanzas tradicionales y los activos digitales, abriendo un nuevo capítulo en la historia de la adopción institucional de las criptomonedas.