● Hashrate volátil, dificultad inestable y ajustes más agresivos
● Se proyecta una caída del 4,97% en la dificultad de minado
● Bitcoin mantiene su ritmo de bloques pese a la presión técnica
¿Está el sistema de Bitcoin enviando señales de alerta?
El promedio semanal del hashrate se ubica en 891,7 EH/s, pero las oscilaciones diarias revelan un patrón de tensión creciente que impacta directamente en la dificultad de minado. El próximo ajuste se proyecta en una caída del 4,97%, una de las más pronunciadas del año.
Desde enero hasta julio de 2025, el hashrate de la red de Bitcoin ha mostrado una volatilidad inusual, alcanzando picos superiores a los 1.000 EH/s, pero también registrando descensos intradía hasta los 700 EH/s. Esta inestabilidad ha provocado siete ajustes de dificultad en solo once semanas, evidenciando el esfuerzo del protocolo por mantener los bloques cada 10 minutos, como establece su diseño original.
Actualmente, la dificultad se sitúa en 127,62T luego de un reciente aumento del +1,07% al alcanzar el bloque 907200. Sin embargo, de mantenerse la tendencia actual, la próxima corrección marcaría una importante reducción, solo superada por la caída del -7,48% registrada en el bloque 903168 hace cinco semanas.
El gráfico (ver imagen adjunta) muestra cómo la media móvil del hashrate (línea naranja) suaviza las fluctuaciones diarias, y revela una tendencia ascendente desde abril. Este comportamiento coincide con un ajuste positivo del +7,96% en la dificultad en el bloque 905184, lo que sugiere una mayor participación de mineros y una posible optimización de hardware.
No obstante, el camino ha estado lejos de ser lineal. Antes de ese repunte, hubo una importante reducción, seguida por varios ajustes moderados, como el -0,45% en el bloque 901152 y aumentos sucesivos del +4,38% y +2,13% en bloques anteriores. Todo ello indica un ciclo de calibración constante entre la potencia computacional activa y la capacidad adaptativa del protocolo.
Este comportamiento también refleja una posible intermitencia operativa en grandes granjas mineras, como lo sugiere la meseta observada en mayo, donde la media móvil se mantuvo estable a pesar de picos bruscos en el hashrate diario.
El sistema de ajuste de dificultad de Bitcoin, que responde al promedio de los últimos 2.016 bloques, está diseñado para compensar estos desbalances. Sin embargo, la magnitud de los ajustes recientes revela una etapa de mayor sensibilidad en la red, marcada por ciclos más agresivos y correcciones más profundas.
Con una disminución prevista del 4,97% en la dificultad, los mineros podrían encontrar un respiro temporal en sus márgenes de operación, aunque el entorno sigue siendo exigente. Bitcoin, por ahora, mantiene su ritmo dentro de las normas del protocolo, mientras el pulso entre el poder computacional y la dificultad continúa marcando el compás de la red.