Bitcoin sufrió una caída abrupta durante el fin de semana, apenas horas después de haber alcanzado niveles por encima de los $97,000, su punto más alto en varios meses. A primeras horas del lunes, el precio ya se encontraba por debajo de los $95,000, en una clara señal de fragilidad en el apetito por riesgo. La criptomoneda líder parece estar cada vez más alineada con los vaivenes de los mercados tradicionales y sus tensiones macroeconómicas.
El desencadenante inmediato fue el informe laboral publicado en Estados Unidos el viernes, que mostró una creación de 177,000 empleos en abril, superando levemente las expectativas del mercado. A pesar de que la tasa de desempleo aumentó a 4,2%, el dato global fue interpretado como una señal de resistencia económica, lo cual empujó los rendimientos de los bonos del Tesoro nuevamente al alza.
Del entusiasmo al temor: el efecto de los bonos
Bitcoin llegó a rozar los $98,000 al cierre del viernes, en un impulso inicial tras los datos laborales. Sin embargo, esa efervescencia duró poco. La subida del rendimiento del bono estadounidense a 10 años por encima del 4,3% generó preocupaciones de que la Reserva Federal podría retrasar aún más cualquier recorte de tasas.
Esta perspectiva de tasas altas por más tiempo golpea directamente a los activos de riesgo. En los últimos trimestres, Bitcoin ha mostrado una alta correlación con el mercado accionario, especialmente con índices como el Nasdaq y el S&P 500, lo cual refuerza su exposición a los cambios en la política monetaria.
Energía en picada: OPEP+ sacude el mercado del crudo
A la presión de los bonos se sumó una noticia inesperada desde el frente energético. La OPEP+ sorprendió a los mercados al anunciar un adelanto en el aumento de producción de petróleo, agregando 411,000 barriles diarios al suministro global desde junio. Esta decisión, lejos de sostener los precios, provocó un desplome inmediato: el Brent cayó cerca de un 4%, invirtiendo las curvas de tiempo clave y generando temores de sobreoferta a corto plazo.
Este movimiento no solo afectó al petróleo, sino también al conjunto del mercado de materias primas. La percepción de un exceso de oferta en un entorno de crecimiento incierto empujó a los inversionistas hacia activos más defensivos.
Oro y geopolítica: el refugio gana terreno
En contraste con la caída del crudo, el oro brilló con fuerza. El precio spot superó los $3,250 por onza en las primeras horas del lunes, en un claro giro hacia refugios tradicionales ante la incertidumbre económica y geopolítica.
Parte de ese nerviosismo proviene del recrudecimiento de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China. Aunque el expresidente Donald Trump moderó su retórica al afirmar que «solo quiere un trato justo», sus declaraciones encendieron alarmas en los mercados globales sensibles a las cadenas de suministro y el comercio exterior.
El escenario es especialmente delicado para activos como Bitcoin, que si bien nacieron como una alternativa al sistema financiero tradicional, en la práctica se han integrado en su dinámica diaria.
Bitcoin: cada vez más sensible al contexto global
La caída del 3% desde el máximo del viernes demuestra cuán profundamente Bitcoin está ahora entrelazado con las condiciones macroeconómicas globales. Su precio ya no responde exclusivamente a dinámicas internas del ecosistema cripto, sino que se ve afectado por los mismos factores que impactan a las acciones, los bonos, las materias primas y las divisas.
El dólar mostró una leve baja el lunes por la mañana, mientras los futuros del S&P 500 apuntaban a una apertura en rojo. Todo ello en un clima de espera tensa por la próxima decisión de la Reserva Federal, que se anunciará este miércoles.
La Fed: ¿mensajes cruzados?
La reunión del FOMC será el próximo gran catalizador. Con señales mixtas desde la inflación y el empleo, los mercados esperan que el presidente Jerome Powell adopte un tono equilibrado. La gran incógnita es si responderá a las presiones políticas que piden recortes, o si preferirá preservar la credibilidad institucional manteniendo la cautela.
Sea cual sea el resultado, Bitcoin y los mercados globales estarán atentos.