Eso es precisamente lo que encendió un éxodo hacia las Cayman Foundations, cuyo uso por parte de proyectos cripto ha crecido más del 70% interanual, transformando la arquitectura legal de los DAOs en 2024 y 2025.
Los datos de Cayman Finance muestran más de 1.300 fundaciones activas al cierre de 2024, y otras 400 registradas en los primeros meses de 2025, confirmando que la industria está migrando aceleradamente a estas estructuras pese a los esfuerzos de Estados Unidos por reposicionarse como jurisdicción competitiva.
El detonante: Samuels v. Lido DAO, un fallo en California que trató a un DAO no incorporado como sociedad general, exponiendo a sus participantes a responsabilidad personal ilimitada. Aunque el precedente es limitado, su impacto ha sido enorme.
El efecto Samuels: los DAOs huyen hacia protección jurídica
Tras el fallo, los proyectos de gobernanza aceleraron su búsqueda de un marco legal que:
otorgue personalidad jurídica,
aisle a los usuarios de riesgos legales,
permita manejar propiedad intelectual y tesorerías multisig,
y evite que tribunales califiquen a los tokenholders como socios de una empresa.
Las Cayman Foundation Companies se consolidaron como la alternativa dominante.
El país, ya líder en fondos de inversión globales, ahora atrae a actores de gran escala, incluidas entidades vinculadas a OpenSea, equipos de infraestructura y estructuras de soporte de ETF cripto.
Según Haymon Rankin, de Cayman Finance:
“Somos uno de los mayores domicilios para fondos, con más de 30.000 vehículos registrados. Solo Delaware nos supera.”
El atractivo radica en un ecosistema corporativo maduro y en la claridad regulatoria del Virtual Asset Service Providers Act (VASP Act), que establece reglas específicas para servicios de intercambio, custodia y emisión.
Arquitectura de responsabilidad: por qué Cayman se impone
La migración no se explica solo como “arbitraje regulatorio”, sino como un reajuste de riesgo jurídico.
Los DAOs sin estructura legal enfrentan:
incertidumbre en litigios,
dificultades para obtener seguros,
barreras para trabajar con proveedores centralizados,
riesgo creciente de ser clasificados como general partnerships.
Una fundación, en cambio:
no requiere miembros ni accionistas,
separa a los participantes del protocolo,
provee un “escudo corporativo” claro,
y facilita la interacción con bancos, auditores y contrapartes.
La consecuencia: Cayman se convierte en el domicilio estándar para proyectos que buscan aislar gobernanza del riesgo civil.
Estados Unidos intenta recuperar terreno
Mientras la actividad corporativa se desplazaba offshore entre 2023 y 2024, Washington recalibró su estrategia.
La administración Trump adoptó una postura pro-cripto, impulsando iniciativas inéditas como la idea de una Strategic Bitcoin Reserve, el nombramiento de perfiles afines a la industria y la apertura a un marco regulatorio más estable.
Acciones clave recientes:
La SEC lanzó el programa Crypto 2.0, cerrando investigaciones y desarrollando una hoja de ruta regulatoria clara.
La CFTC suavizó su enfoque de supervisión.
El Tesoro flexibilizó el cumplimiento del Corporate Transparency Act, reduciendo cargas para startups de activos digitales.
Este giro empieza a influir en decisiones corporativas.
El caso más visible: Galaxy Digital, que trasladó su domicilio de Cayman a Delaware en 2025 para facilitar acceso a capitales estadounidenses. Un movimiento estratégico, aunque aún no representa un cambio sectorial generalizado.
Modelo operativo bifurcado: gobernanza en Cayman, negocios en Asia y EE. UU.
La industria avanza hacia un modelo multinodal que combina:
1. Gobernanza offshore
Fundaciones en Cayman o Suiza para custodiar propiedad intelectual, administrar tesorerías y supervisar el protocolo.
2. Operaciones reguladas en mercados clave
Hong Kong: programas de licencias para plataformas de trading.
Dubai: más de 30 licencias VASP enfocadas en custodia, OTC y derivados.
Estados Unidos: estructuras en Delaware y acceso a mercados de capital.
Este diseño permite ring-fencing de la gobernanza, mientras que la captación de usuarios y liquidez ocurre en jurisdicciones con regulaciones comerciales más avanzadas.
Rankin confirma que crece el interés en Digital Asset Treasury Companies (DATs), entidades diseñadas para gestionar reservas, liquidez y operaciones fiduciarias de grandes protocolos.
Un interrogante clave para el próximo ciclo
La gran pregunta es si Estados Unidos podrá atraer nuevamente la actividad de gobernanza que hoy domina Cayman.
Los beneficios offshore siguen siendo contundentes: protección de responsabilidad, estructuras previsibles y tratamiento fiscal estable.
Estados Unidos ofrece acceso incomparable a mercados públicos, banca y capital, pero su marco regulatorio aún depende de procesos políticos en curso.
Por ahora, la industria divide sus operaciones:
gobernanza en George Town, licencias en Dubái y Hong Kong, y expansión corporativa en Delaware.
Un equilibrio que refleja la maduración global del sector y el surgimiento de un modelo operativo verdaderamente multijurisdiccional.

