Organizaciones cripto y fintech presionan a la CFPB para garantizar que los consumidores mantengan el control sobre sus datos financieros.
Grandes bancos buscan revertir la norma de open banking, alegando riesgos de seguridad y costos regulatorios.
Una batalla por el control de los datos financieros
La guerra por el futuro de los servicios financieros en Estados Unidos enfrenta dos visiones opuestas: por un lado, el ecosistema fintech y cripto, que defiende la soberanía del usuario sobre sus datos; y por otro, los grandes bancos, que buscan limitar el alcance del open banking para preservar su posición en el mercado.
Una coalición de asociaciones del sector fintech, cripto y comercio minorista entre ellas la Blockchain Association, el Crypto Council for Innovation y la Financial Technology Association pidió formalmente a la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB) que mantenga y refuerce la Regla de Datos Financieros Personales, amparada en la Sección 1033 de la Ley Dodd-Frank.
El grupo solicitó a la agencia finalizar la normativa de open banking asegurando que los datos financieros pertenecen a los consumidores, no a los bancos, y que las personas puedan compartir esa información con cualquier tercero autorizado, sin restricciones ni tarifas.
Lo que está en juego: libertad financiera y competencia
El documento, destaca que más de 100 millones de estadounidenses utilizan el open banking para acceder a plataformas de inversión, wallets cripto y aplicaciones de pago digital.
Sin embargo, advierte que “estos derechos están bajo ataque”, acusando a los grandes bancos de intentar debilitar la norma, limitar el intercambio de datos y sofocar la competencia en favor de sus propios intereses.
La carta subraya dos puntos clave:
Afirmar el derecho de los ciudadanos a controlar y compartir su información financiera bajo una definición apropiada de “representante autorizado”.
Mantener la prohibición existente sobre las tarifas de acceso a datos, para evitar que las entidades bancarias cobren a terceros por conectar sus sistemas.
“Las familias estadounidenses, no los bancos más grandes, deben decidir cómo administrar su dinero”, señala el texto, remarcando que esta normativa representa una oportunidad para empoderar a los consumidores y garantizar una competencia justa.
Bancos en contra: demandas y tarifas por acceso a datos
El open banking fue introducido en EE. UU. en 2022 bajo la administración de Joe Biden y finalizado el 22 de octubre de 2024, estableciendo un marco para que los usuarios compartan datos financieros con aplicaciones externas mediante APIs seguras.
No obstante, el mismo día de su aprobación, el Bank Policy Institute que representa a Wells Fargo, Bank of America y JPMorgan Chase demandó a la CFPB argumentando riesgos de seguridad y cargas desproporcionadas para los bancos.
Meses después, un informe de Bloomberg reveló que JPMorgan planeaba cobrar a las fintech por el acceso a los datos de sus clientes, lo que desató un nuevo frente de conflicto con la industria digital.
A nivel global, países como el Reino Unido, Brasil, Australia y la Unión Europea ya implementan sistemas de open banking regulado o impulsado por el mercado, según datos del informe “The Global State of Open Banking and Open Finance 2024” del CCAF.
El sector cripto intensifica la presión sobre Washington
El 23 de julio, el mismo grupo de organizaciones envió una carta al presidente Donald Trump, acusando a los bancos de “sofocar la innovación” al intentar frenar las reformas y aplicar tarifas de acceso a datos para las plataformas cripto y fintech.
Semanas después, más de 80 ejecutivos del ecosistema digital firmaron una nueva petición solicitando a la Casa Blanca bloquear cualquier intento bancario de monetizar los datos financieros de los usuarios.
En un mensaje publicado el 20 de octubre en X, Tyler Winklevoss, cofundador de Gemini, advirtió:
“Los bancos quieren desmantelar la Regla de Open Banking (1033) para controlar tus datos y eliminar tu libertad de elegir servicios. Esto es malo para la innovación financiera y para las criptomonedas en América.”
El futuro del Open Banking en EE. UU.
La CFPB tiene hasta finales de octubre para recibir comentarios públicos sobre el reglamento, en lo que podría ser una de las decisiones más trascendentales para el ecosistema financiero digital estadounidense.
El resultado determinará si Estados Unidos avanza hacia un modelo de interoperabilidad abierta entre banca tradicional, fintech y cripto, o si el sector bancario logra mantener su dominio sobre los datos y las decisiones financieras de los usuarios.
En palabras del documento enviado a la agencia:
“El futuro de la innovación financiera no debe estar dictado por un pequeño grupo de los bancos más grandes del país.”