En un acontecimiento sin precedentes dentro del ecosistema de las criptomonedas, El Salvador ha superado oficialmente a Corea del Norte en las tenencias de Bitcoin, consolidándose como uno de los mayores tenedores soberanos de esta criptodivisa a nivel mundial. Esta evolución se produce tras la significativa reducción de activos digitales por parte del Grupo Lazarus, una organización cibernética fuertemente asociada al régimen norcoreano.
Estrategia de acumulación: la apuesta de El Salvador por el Bitcoin
Desde que El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en adoptar Bitcoin como moneda de curso legal en septiembre de 2021, el gobierno liderado por el presidente Nayib Bukele ha mantenido una política constante de acumulación de esta criptomoneda. Con una estrategia definida basada en compras periódicas y transparencia a través de su sitio web de reservas, el país ha logrado acumular 6.188 BTC a mayo de 2025, lo que equivale a cientos de millones de dólares en activos digitales.
Esta política forma parte de un plan nacional más amplio para atraer inversión extranjera, fomentar la innovación tecnológica y diversificar la economía salvadoreña. A través de iniciativas como los Bonos Bitcoin, la implementación de una ciudad Bitcoin y un sistema fiscal favorable para los inversionistas cripto, El Salvador ha buscado posicionarse como un centro global de innovación financiera.
Grupo Lazarus y Corea delNorte: descenso en las tenencias de criptomonedas
En contraste, Corea del Norte, históricamente uno de los actores más oscuros del panorama criptográfico global, ha visto disminuir sus tenencias de Bitcoin. El infame Grupo Lazarus, una organización vinculada al gobierno norcoreano y acusada de múltiples ciberataques a exchanges y plataformas descentralizadas, recientemente liquidó alrededor de 1.938 BTC, reduciendo su total a 6.117 BTC.
Este descenso responde, en parte, a una creciente presión internacional y medidas de rastreo por parte de organismos como el FBI, que recientemente atribuyó al Grupo Lazarus un ataque millonario al exchange Bybit en febrero de 2025. La operación habría resultado en el robo de más de 1.4 mil millones de dólares en criptomonedas.
Implicaciones geopolíticas y económicas de la adopción del Bitcoin
La reconfiguración del ranking de países tenedores de Bitcoin no solo marca un cambio cuantitativo, sino también cualitativo en cómo diferentes gobiernos se relacionan con la tecnología blockchain. Mientras Corea del Norte ha utilizado criptoactivos como mecanismo de evasión de sanciones y financiamiento ilícito, El Salvador apuesta por la legalización, integración institucional y transparencia como ejes de su estrategia nacional.
Este giro subraya un fenómeno global: la creciente politización del Bitcoin y su uso estratégico por parte de gobiernos con agendas económicas dispares. El avance de El Salvador refleja una visión de largo plazo sobre las posibilidades del dinero descentralizado como herramienta de empoderamiento económico, mientras que la retirada parcial de Corea del Norte puede interpretarse como un intento de reorganización o evasión de vigilancia.
La posición de El Salvador en el mapa cripto global
Con sus 6.188 BTC, El Salvador se posiciona ahora como el cuarto país con mayor cantidad de Bitcoin en reservas, superando incluso a actores tradicionalmente considerados más poderosos en el ámbito cibernético. Esta cifra coloca al país centroamericano detrás de Estados Unidos, China y Ucrania, en cuanto a reservas soberanas estimadas.
Además, la transparencia que caracteriza a la política salvadoreña respecto a su tesorería de Bitcoin —a través del portal oficial lanzado en 2024— ha sido aplaudida por analistas del sector como un modelo a seguir para otras naciones interesadas en incorporar activos digitales en sus economías.
Perspectivas para el futuro del Bitcoin en el ámbito estatal
Mientras el ecosistema cripto continúa evolucionando, el papel de los gobiernos en la adopción institucional del Bitcoin se vuelve cada vez más relevante. Las acciones de El Salvador demuestran que una nación pequeña, con una visión estratégica y políticas coherentes, puede liderar cambios significativos en el panorama financiero global.
El caso del Grupo Lazarus sirve, por otro lado, como recordatorio de los desafíos que enfrenta el sector en términos de seguridad, regulación y gobernanza digital. La necesidad de fortalecer las infraestructuras de protección cibernética y cooperación internacional se hace cada vez más evidente ante la sofisticación de las amenazas.
BITCOIN, lejos de ser solo una herramienta de especulación, se ha convertido en un activo de relevancia geopolítica y económica. El ascenso de El Salvador y la reconfiguración del tablero global son señales claras de que la era de las criptomonedas estatales ha comenzado, y los países que logren articular políticas claras y sostenibles serán los protagonistas de esta nueva etapa financiera.