El ETF de Bitcoin de BlackRock (IBIT) ha demostrado, una vez más, por qué este tipo de instrumentos se convirtieron en el puente definitivo entre las finanzas tradicionales y el mercado cripto. Una inversión inicial de 10.000 dólares realizada en su lanzamiento —el 5 de enero de 2024— valdría hoy cerca de 19.870 dólares. Ese rendimiento, prácticamente un 98,7 %, supera ampliamente al del S&P 500, el Nasdaq 100 e incluso al extraordinario repunte reciente del oro.
Pero esta cifra, ya de por sí impresionante, es apenas una parte de la historia. Durante varios meses de 2025, IBIT llegó a mostrar retornos superiores al 150 %, elevando esa misma inversión inicial hasta rozar los 25.000 dólares. Fue un hito que coincidió con el ascenso meteórico de Bitcoin hacia un máximo histórico de 126.000 dólares… antes de la corrección que devolvió el precio por debajo de los seis dígitos.
Este artículo repasa la evolución de IBIT frente a los principales benchmarks del mercado, explica por qué su trayectoria ha sido tan volátil y analiza qué implicaciones tiene esta comparación para los inversores que miran hacia el largo plazo.
El rendimiento que eclipsó a los índices tradicionales
Desde el lanzamiento de IBIT, el mercado tradicional vivió años excepcionalmente sólidos.
El S&P 500 acumuló alrededor de un 42 %, logrando algo casi inédito: tres años consecutivos con crecimientos de doble dígito.
El Nasdaq 100, impulsado por las tecnológicas del “Magnificent Seven”, avanzó alrededor de 43 %.
El oro, refugio por excelencia, subió un 92–93 %, empujado por compras récord de bancos centrales, tensiones geopolíticas y expectativas de recortes de tasas.
Pero el ETF de Bitcoin no se movió en la misma lógica. En lugar de comportarse como un activo guiado por métricas fundamentales —flujos de caja, crecimiento de ganancias o política monetaria—, evolucionó como una exposición pura a una narrativa: la del dinero programable, escaso y global.
Y eso le permitió convertir 10.000 dólares en casi 20.000, incluso después de perder más de 6.000 dólares desde su pico de septiembre.
El pico que nunca fue definitivo
Según presentaciones de BlackRock ante la SEC, para el 30 de septiembre de 2025, IBIT había elevado la inversión inicial a unos 25.000 dólares. Bitcoin rondaba los 115.000 dólares y el mercado debatía hasta dónde podía llegar el rally institucional.
Ese avance, un 150 % en 22 meses, llenó de confianza a los gestores que habían incorporado Bitcoin —por primera vez— a portafolios tradicionalmente conservadores.
Pero octubre cambió el clima por completo:
El precio cayó desde 126.000 a menos de 100.000 dólares.
El ETF se deslizó desde 71,29 dólares a los 54,84 actuales.
El mercado de derivados vivió liquidaciones masivas que aceleraron la caída.
El retroceso borró casi un tercio del capital acumulado durante el año, lo que dejó claro que, a diferencia de los índices bursátiles, Bitcoin no suaviza sus ciclos: los multiplica.
Los índices hicieron “lo que debían”; Bitcoin no
El S&P 500 creció como un reloj: bajo drawdown, impulsado por ganancias corporativas consistentes.
El Nasdaq repitió la fórmula con mayor beta y mayor exposición al sector tecnológico.
El oro cumplió su rol defensivo tradicional.
IBIT, en cambio, respondió al comportamiento de un activo totalmente distinto:
Sin flujo de caja.
Sin métricas tradicionales.
Sin guía de beneficios.
Con una oferta fija y una demanda marcada por ciclos psicológicos, institucionales y tecnológicos.
Sin embargo, el resultado final sigue favoreciendo al ETF de Bitcoin sobre cualquier benchmark relevante.
El papel de la infraestructura: por qué IBIT sí permitió esta apuesta
IBIT no solo ofreció exposición al precio de Bitcoin. También ofreció:
Custodia institucional sin fricciones, eliminando riesgos operativos.
Liquidez diaria, con decenas de miles de millones en volumen acumulado.
Flujos de entrada y salida regulados, que dan confianza a inversores tradicionales.
Gracias a esa estructura, se movieron más de 37.000 millones de dólares en su primer año, permitiendo a grandes fondos entrar y salir con una eficiencia impensada para Bitcoin hace apenas un par de años.
El premio y el precio de invertir en un ETF de Bitcoin
Quien invirtió 10.000 dólares en IBIT al inicio hoy habría conseguido casi duplicar su capital.
Quien vendió en el máximo de septiembre, multiplicó por 2,5 su apuesta inicial.
Quien entró tarde, en cambio, experimentó la otra cara de Bitcoin: caídas violentas en cuestión de días.
La comparación con los índices tradicionales revela una verdad incómoda pero inevitable: Bitcoin seguirá siendo el activo más volátil del mercado… y también uno de los más asimétricos en cuanto a retorno potencial.
IBIT lo confirma.
La pregunta es si los inversores están dispuestos a pagar el precio psicológico que exige obtener esa recompensa.


