El lanzamiento de los primeros ETFs spot de XRP y Dogecoin en Estados Unidos ha roto todas las expectativas, atrayendo un volumen que sorprendió incluso a los analistas más optimistas.
Estreno explosivo en la bolsa estadounidense
El REX-Osprey ETF de XRP (XRPR) debutó el 18 de septiembre en la Cboe BZX Exchange, registrando 24 millones de dólares en volumen durante sus primeras 90 minutos de negociación. De acuerdo con datos de Bloomberg, esta cifra supera hasta por cinco veces el volumen inicial de cualquier ETF de futuros de XRP en su primer día de operaciones.
El mismo fenómeno se repitió con el REX-Osprey DOGE ETF (DOJE). Aunque los pronósticos iniciales apuntaban a alcanzar apenas 2,5 millones de dólares en su primera jornada, la realidad superó expectativas: en tan solo una hora, el volumen rozó los 6 millones de dólares, posicionando al producto entre los estrenos más sólidos del sector.
Un paso más en la institucionalización cripto
Según Greg King, CEO de Osprey Funds, los inversionistas perciben a los ETFs como herramientas que ofrecen accesibilidad y confianza, especialmente al estar respaldados por el marco regulatorio de la Investment Company Act de 1940. Este enfoque legal busca proteger a los participantes del mercado frente a conflictos de interés y fraudes, diferenciando a estos ETFs de otros productos vinculados a criptomonedas.
La estrategia conjunta de REX Shares y Osprey Funds ha permitido replicar el modelo ya probado en junio con el REX-Osprey Solana Staking ETF, el primer fondo en Estados Unidos en seguir el precio de Solana y, al mismo tiempo, ofrecer recompensas por staking. Ahora, con XRP y Dogecoin en el foco, la expansión hacia activos digitales de alta demanda se acelera.
Contexto regulatorio en movimiento
La aprobación de estos ETFs coincide con un momento clave en el ecosistema regulatorio estadounidense. La SEC también autorizó recientemente la salida al mercado del primer ETF multi-activo de criptomonedas, basado en el CoinDesk Large Cap Select Index y gestionado por Grayscale. El fondo, denominado Digital Large-Cap Fund (GDLC), permite a los inversionistas acceder de forma diversificada a las principales criptomonedas bajo un marco de cumplimiento normativo más estricto.
Además, el regulador financiero ha flexibilizado el proceso de registro para emisores de ETFs, eliminando la compleja presentación 19(B) y facilitando la llegada de más productos al mercado.
El debut de los ETFs de XRP y Dogecoin marca un hito en la integración entre mercados tradicionales y activos digitales, reforzando la tendencia hacia una mayor adopción institucional de criptomonedas en Estados Unidos.