La próxima actualización Fusaka y los avances en zkEVM marcan el inicio de una nueva era de escalabilidad para Ethereum.
Una carrera silenciosa por la velocidad
Mientras el precio de Ether (ETH) continúa en terreno neutral, la verdadera aceleración ocurre bajo la superficie. Ethereum está redefiniendo su infraestructura con dos avances paralelos que podrían convertirla en la red blockchain más rápida del mundo: la actualización Fusaka y el nuevo sistema criptográfico Pico Prism.
Ambas innovaciones prometen transformar la red en un ecosistema capaz de procesar 10.000 transacciones por segundo (TPS) en su capa principal (Layer 1) y hasta 10 millones de TPS a través de sus soluciones de escalado Layer 2.
Fusaka: menos peso, más eficiencia
Prevista para diciembre de 2025, la actualización Fusaka combina mejoras en las capas de ejecución y consenso de Ethereum. A diferencia de Dencun, centrada en aumentar el rendimiento mediante “blobs” para rollups, Fusaka adopta un enfoque más técnico: optimizar la eficiencia sin aumentar la carga de los nodos.
El cambio más relevante llega con el EIP-7594 (PeerDAS), que permite a los validadores verificar datos de los rollups sin descargarlos completamente, usando solo muestras parciales.
Esto reduce drásticamente el consumo de recursos y aumenta la capacidad de publicación de datos en cada bloque, sin comprometer la seguridad.
Además, el límite de gas sube de 45 a 60 millones, un incremento del 33 %, ofreciendo mayor espacio para transacciones comprimidas provenientes de Layer 2.
Según los desarrolladores, esto reducirá los costos de los rollups y facilitará la participación de validadores más pequeños, descentralizando aún más la red.
“El objetivo no es solo escalar, sino hacer que cualquiera pueda ejecutar un nodo desde su casa o su oficina,” afirman miembros del equipo de desarrollo.
Pico Prism: pruebas criptográficas casi en tiempo real
El 15 de octubre, la firma Brevis presentó Pico Prism, una máquina virtual de conocimiento cero (zkEVM) capaz de generar pruebas criptográficas casi tan rápido como Ethereum produce sus bloques.
En las pruebas de rendimiento, el sistema alcanzó una latencia media de 6,9 segundos, generando pruebas completas en menos de 12 segundos.
El investigador de la Fundación Ethereum Justin Drake calificó el avance como “el paso decisivo hacia la verificación en tiempo real”, y destacó que ya se alcanzó un 99,9 % de pruebas generadas sin retraso, frente al 94 % registrado en mayo con el sistema SP1 Hypercube.
Drake señaló que esta eficiencia permite por primera vez el proving local (pruebas en instalaciones privadas), eliminando la dependencia de servicios en la nube:
“Antes de fin de año, varios equipos podrán probar todos los bloques de Ethereum en un clúster de 16 GPU con menos de 10 kW de consumo —el equivalente a un cargador doméstico de Tesla.”
Hacia el “gigagas L1, teragas L2”
De acuerdo con las proyecciones de Drake, Ethereum se encamina hacia una arquitectura en la que su capa base maneje 10.000 TPS para transacciones de alto valor, mientras las Layer 2 asumirán el resto del tráfico, escalando hasta 10 millones de TPS.
El propio investigador resumió el progreso histórico:
“El rendimiento del L1 ha crecido 100 veces desde el génesis, pasando de 20 kilogas a 2 megagas por segundo. Con los zkEVM podemos volver a multiplicar por 100, pero en la mitad del tiempo.”
Gráficos recientes de Growthepie y DeFiLlama confirman el incremento sostenido del throughput y el TVL (valor total bloqueado) en la red. Ethereum continúa dominando con más de $245.000 millones bloqueados en contratos escritos en Solidity, seguido por Rust y Bitcoin Script.
El desafío del “deuda técnica”
No todo es velocidad. El desarrollador Federico Carrone advirtió que Ethereum enfrenta un crecimiento preocupante de su deuda técnica, especialmente en su lenguaje base, Solidity, que concentra más del 86 % del ecosistema DeFi.
Carrone alertó que la falta de mejoras significativas en algunos clientes de ejecución podría dificultar la gestión de bloques más grandes tras Fusaka, además de generar riesgos de rendimiento.
“El ecosistema sigue escalando y asegurando miles de millones de dólares, mientras parte de su infraestructura se estanca. La deuda técnica crece, y mantener este ritmo exigirá una renovación profunda del código base.”
Entre innovación y complejidad
Ethereum avanza hacia un punto de inflexión técnico. Las mejoras de Fusaka y zkEVM podrían consolidarla como la red más rápida y segura del mundo, pero el costo de la innovación es mantener al día una infraestructura que no fue diseñada para operar a tal escala.
Si lo logra, el ecosistema Ethereum no solo superará los límites del rendimiento blockchain, sino que también redefinirá lo que significa descentralización a escala global.