Esa es la disyuntiva que hoy enfrentan los desarrolladores de la segunda mayor blockchain del mundo, quienes han presentado un plan ambicioso para llevar la privacidad a cada capa de su ecosistema.
Un nuevo equipo con una misión clara
La Fundación Ethereum anunció la reestructuración de su grupo Privacy & Scaling Explorations, que ahora operará bajo el nombre de Privacy Stewards of Ethereum (PSE). Su objetivo es contundente: que la privacidad en Ethereum deje de ser una excepción y se convierta en la regla.
La iniciativa busca que la protección de datos se integre en todos los niveles de la red: protocolos, infraestructura, aplicaciones y wallets. Según el equipo, este paso es esencial para que Ethereum pueda sostener casos de uso clave en finanzas descentralizadas (DeFi), identidad digital y gobernanza on-chain, sin exponer a los usuarios a riesgos de rastreo masivo.
Privacidad sin dejar de cumplir la ley
Uno de los puntos más delicados del anuncio es que las nuevas funciones de privacidad deberán estar en sintonía con los marcos regulatorios internacionales. El desafío será garantizar el anonimato de los usuarios sin entrar en conflicto con normativas sobre prevención de lavado de dinero (AML) o conozca a su cliente (KYC).
El equipo advierte que, de no resolver este equilibrio, Ethereum corre el riesgo de perder relevancia:
“Ethereum está en camino de convertirse en la capa de liquidación del mundo, pero sin privacidad sólida, podría transformarse en la columna vertebral de la vigilancia global en lugar de la libertad global”.
Tres frentes de desarrollo
El roadmap del PSE se concentra en tres áreas principales:
Private Reads (lecturas privadas): permitirán que los usuarios consulten datos en Ethereum sin revelar su identidad o intenciones. Para ello, el equipo trabaja en RPCs privados, que eviten la filtración de metadatos como direcciones IP o cuentas vinculadas.
Private Writes (escrituras privadas): se busca facilitar acciones como transferencias, votaciones o interacciones con aplicaciones sin exponer datos sensibles. En este campo, el proyecto PlasmaFold, una cadena experimental de segunda capa, añadirá funciones de transferencias privadas.
Private Proving (pruebas privadas): garantizar que la verificación de información en la red pueda realizarse de forma confidencial, con mejoras en portabilidad de datos e identidad privada.
Una visión de largo plazo
El equipo de Privacy Stewards of Ethereum reconoce que estas prioridades evolucionarán conforme lo haga el ecosistema, pero anticipa que la apuesta por lecturas, escrituras y pruebas privadas será una constante durante los próximos años.
Con esta hoja de ruta, Ethereum busca blindar su futuro y responder a una pregunta crucial: ¿será la blockchain que garantice la soberanía digital de millones de usuarios o la que, sin privacidad, exponga sus movimientos al escrutinio global?