La World Federation of Exchanges (WFE), organización que reúne a las principales bolsas y cámaras de compensación del mundo, lanzó una fuerte advertencia sobre el auge de las acciones tokenizadas. En una carta enviada a los reguladores de Estados Unidos, Europa y el organismo internacional IOSCO, la federación pidió aplicar reglas claras y estrictas para controlar la expansión de estos instrumentos financieros digitales, que a su juicio representan un riesgo creciente para la estabilidad e integridad de los mercados de valores.
¿Qué son las acciones tokenizadas?
Las acciones tokenizadas son representaciones digitales en blockchain de títulos bursátiles. Cada token refleja el valor de una acción de una empresa, pero no otorga al comprador los mismos derechos que tendría un accionista real: no hay derecho a voto en las juntas, ni participación en dividendos directos, ni garantías legales equivalentes a las que amparan a los inversores en los mercados tradicionales.
Exchanges de criptomonedas y plataformas financieras, como Coinbase o Robinhood, han comenzado a promover este tipo de productos como parte de una estrategia para ampliar la oferta de inversión. Los defensores destacan que las acciones tokenizadas permiten operar las 24 horas, reducir costos de intermediación y acelerar la liquidación de transacciones, eliminando pasos burocráticos y simplificando procesos que en la bolsa pueden tardar días.
Sin embargo, para la WFE, esas ventajas esconden peligros: al “imitar” acciones reales sin otorgar los mismos derechos ni garantías, los inversores quedan expuestos a confusión y a posibles pérdidas sin las protecciones habituales.
La carta de advertencia
En su misiva, la WFE expresó su “alarma” por la proliferación de brókeres y exchanges que están ofreciendo —o planean ofrecer— acciones tokenizadas de compañías estadounidenses y globales. A su entender, muchas de estas ofertas se presentan como equivalentes a acciones cotizadas en bolsa, cuando en realidad no cumplen los requisitos legales ni regulatorios para ser consideradas valores tradicionales.
El documento fue remitido a tres instancias clave: la SEC de Estados Unidos (a través de su Crypto Task Force), la ESMA de Europa y el Fintech Task Force de IOSCO, el organismo global que coordina a los supervisores de valores.
La federación señaló además que las propias empresas emisoras de acciones podrían enfrentar daños reputacionales si sus títulos son “imitados” en blockchain por intermediarios no autorizados. En el peor escenario, una caída del valor de los tokens podría trasladarse injustamente a la percepción de la compañía original, aun cuando ésta no tenga relación alguna con el producto digital.
Reguladores en el centro del debate
La WFE pidió a los reguladores que apliquen las normas de valores existentes a los emisores y comercializadores de acciones tokenizadas, exigiendo reglas claras de propiedad, custodia y divulgación. Asimismo, instó a prohibir que se publiciten como si fueran acciones reales cuando no lo son.
Algunos organismos ya han dado señales en este sentido. En julio, un comisionado de la SEC remarcó que las acciones tokenizadas deben cumplir plenamente las normativas de valores, sin excepciones. En Europa, la ESMA mantiene bajo revisión propuestas de regulación de activos digitales que también podrían abarcar este sector emergente.
Coinbase y Robinhood en la mira
La discusión no es teórica: Robinhood lanzó en junio acciones tokenizadas para clientes de la Unión Europea, e incluso anunció planes de ampliar la oferta a títulos de compañías privadas como OpenAI. Sin embargo, la propia OpenAI aclaró que no respalda la emisión de dichos tokens ni participa en su comercialización, marcando distancia de la iniciativa.
Por su parte, Coinbase busca la autorización de la SEC para ofrecer acciones tokenizadas en el mercado estadounidense. De obtener luz verde, la exchange abriría la puerta a millones de inversores minoristas a través de un producto hasta ahora marginal.
Un dilema entre innovación y protección
Los defensores de las acciones tokenizadas sostienen que pueden democratizar el acceso a los mercados de valores, ofreciendo instrumentos fraccionados, más baratos y accesibles para cualquier persona con una billetera digital. También destacan que la tokenización permitiría aumentar la liquidez y atraer a nuevos participantes a un mercado globalizado.
Pero para la WFE y los reguladores, el desafío es equilibrar esa innovación con la protección del inversor y la preservación de la integridad del mercado. Sin transparencia sobre quién emite los tokens, cómo se respaldan y qué derechos confieren realmente, el riesgo de confusión y fraude es elevado.
El llamado de la Federación Mundial de Bolsas pone de relieve la tensión entre la innovación tecnológica y la seguridad regulatoria. Mientras plataformas como Coinbase y Robinhood buscan posicionarse como pioneras de esta tendencia, los supervisores se enfrentan a la tarea de definir reglas claras que eviten riesgos sistémicos y garanticen que los inversores sepan exactamente qué están comprando.
Las acciones tokenizadas podrían ser una herramienta transformadora, pero sin un marco legal sólido que las distinga de las acciones reales, también podrían convertirse en una fuente de vulnerabilidad para los mercados financieros.