ETF y empresas enfrentan límites estructurales en medio de un ciclo de liquidez más ajustado.
Por primera vez desde marzo, los mayores compradores institucionales de Bitcoin han dejado de acumular. Lo que antes parecía un flujo constante de demanda corporativa y fondos cotizados (ETF) que absorbían la nueva oferta del mercado, ahora muestra señales de agotamiento. Los datos de CryptoQuant y Capriole Investments apuntan a un cambio estructural que podría redefinir el equilibrio entre oferta y demanda en el mercado de Bitcoin.
Instituciones frenan sus compras
Según el analista Charles Edwards, fundador de Capriole Investments, la métrica clave que sostenía su visión alcista ha cambiado de signo: “por primera vez en siete meses, la compra neta institucional ha caído por debajo de la oferta diaria minada de Bitcoin”.
Esto implica que las empresas y fondos ya no están absorbiendo todo el nuevo BTC que entra en circulación, debilitando la base de demanda que sirvió de “piso” durante gran parte de 2025.
El gráfico de Capriole muestra una clara contracción en la demanda institucional neta, que históricamente se ha correlacionado con fases de expansión del precio. Si este patrón se mantiene, la reducción podría derivar en un período de mayor volatilidad.
MicroStrategy y el fin del efecto palanca
Ninguna compañía representa mejor la narrativa del Bitcoin corporativo que MicroStrategy (ahora llamada Strategy). La empresa de Michael Saylor posee más de 674.000 BTC, pero su ritmo de compras ha disminuido de manera notable. En el tercer trimestre de 2025 sumó solo 43.000 BTC, su cifra más baja del año.
El motivo, según un análisis de CryptoQuant, está en la caída del NAV premium (prima sobre el valor contable de sus tenencias de BTC). Los inversionistas que antes pagaban hasta un 208% de sobreprecio por la acción de la compañía ahora apenas reconocen un 4%, lo que reduce los incentivos para emitir nuevas acciones y comprar más Bitcoin.
En el gráfico de CryptoQuant, la prima de MicroStrategy se ha desplomado junto con su cotización, reflejando que el mercado ya no recompensa la exposición indirecta al Bitcoin corporativo.
El efecto contagio: Metaplanet y fusiones de tesorerías Bitcoin
El enfriamiento no se limita a Estados Unidos. En Japón, Metaplanet, considerada la “MicroStrategy japonesa”, llegó a cotizar por debajo del valor de sus propias reservas en BTC, lo que la llevó a lanzar un programa de recompra de acciones.
Otros actores del sector optaron por consolidarse: la gestora Strive adquirió Semler Scientific, ambas con balances expuestos al Bitcoin. La fusión les permitió mantener cerca de 11.000 BTC, pero también evidenció un modelo de negocio cada vez más presionado por la falta de capital fresco.
En conjunto, estas señales reflejan restricciones estructurales más que pérdida de convicción. Con los mercados de capital menos dispuestos a pagar primas por exposición a Bitcoin, las empresas enfrentan límites naturales para seguir acumulando.
ETF de Bitcoin: de absorbentes automáticos a flujos volátiles
Los ETF spot de Bitcoin, que durante la primera mitad del año actuaron como un drenaje constante de nueva oferta, también muestran fatiga. Los datos de SoSoValue indican que las entradas netas semanales, que a inicios de octubre superaban los 6.000 millones de dólares, se han revertido parcialmente con más de 2.000 millones en salidas hacia finales de mes.
El gráfico de flujos semanales revela una transición hacia un mercado bidireccional, donde las entradas y salidas se alternan según la percepción macroeconómica. Con el endurecimiento de la política monetaria y las menores expectativas de recortes de tasas, los gestores institucionales comenzaron a rebalancear carteras y reducir exposición a activos de riesgo.
Esto marca una nueva etapa para los ETF de Bitcoin: siguen siendo un canal de acceso líquido y regulado, pero ya no operan como compradores permanentes. En un contexto de mayor sensibilidad al ciclo de liquidez global, el flujo hacia estos productos dependerá cada vez más de la política de tasas y del apetito por riesgo.
Un mercado más frágil, pero no roto
El enfriamiento de la demanda institucional no implica necesariamente una caída inminente, pero sí mayor dependencia del sentimiento macro y de los traders de corto plazo. Con la absorción corporativa y de ETF debilitada, los movimientos de precio tenderán a amplificarse.
La estructura de soporte que actuaba como piso se erosiona, y Bitcoin vuelve a comportarse como un activo reflejo de la liquidez global, sensible a los rendimientos reales y al dólar.
Mientras tanto, su narrativa de reserva digital de valor sigue intacta. Lo que cambia es el equilibrio entre los distintos motores de demanda: cuando uno se enfría, otro suele despertar. En los próximos meses, la atención se centrará en qué actor toma el relevo: fondos soberanos, fintechs o un nuevo ciclo minorista.
			
			
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