Según un nuevo informe de a16z crypto, los stablecoins monedas digitales ancladas al dólar procesaron alrededor de 46 billones de dólares en transacciones durante los últimos 12 meses, una cifra que los coloca cada vez más cerca de los sistemas de pago tradicionales a escala global.
Un nuevo jugador en la infraestructura financiera mundial
Hasta hace poco, los sistemas como Fedwire, ACH o las redes bancarias internacionales dominaban los flujos de pagos institucionales. Hoy, los stablecoins como USDT, USDC o DAI están alcanzando una magnitud comparable.
Para dimensionarlo: el valor anualizado de la red ACH (procesada principalmente por Mastercard y Nacha) ronda los 93 billones de dólares, mientras que Fedwire movió cerca de 1.133 cuatrillones en 2024. Frente a un total estimado de 2 cuatrillones de dólares en pagos globales (según McKinsey), los stablecoins ya representan un 2,3% del total mundial.
Del nicho cripto a la economía real
El salto no proviene del comercio especulativo, sino de su creciente uso en transferencias transfronterizas, pagos 24/7 y operaciones de tesorería corporativa.
El modelo de liquidación inmediata que ofrecen los stablecoins permite que empresas y usuarios realicen pagos sin intermediarios bancarios, con menores comisiones y disponibilidad permanente. Este dinamismo también explica su alta velocidad de circulación: cada dólar digital en la cadena se mueve entre 150 y 185 veces al año,
Un cambio estructural en marcha
En términos monetarios, la capitalización total de los stablecoins oscila entre 250 y 300 mil millones de dólares, equivalentes a algo más del 1% del agregado monetario M2 de Estados Unidos. Sin embargo, su impacto trasciende su tamaño: los emisores de stablecoins poseen más de 150 mil millones de dólares en bonos del Tesoro estadounidense, convirtiéndose en actores relevantes dentro del mercado de deuda pública a corto plazo.
La entrada en vigor de la Ley GENIUS en EE. UU. durante julio de 2025 ha reforzado la regulación del sector, estableciendo criterios claros para reservas, licencias y custodia, lo que abre la puerta a una adopción más amplia por parte de bancos y procesadores de pago tradicionales. Compañías como Tether ya preparan versiones reguladas de sus tokens bajo este nuevo marco.
Integración con las grandes redes de pago
Los stablecoins no buscan reemplazar las tarjetas, sino integrarse con ellas. Grandes redes de pago, procesadores y billeteras empresariales están comenzando a incorporar liquidaciones en cadena (on-chain settlements) en sus flujos internos, sin que el usuario final note diferencia alguna.
Estos movimientos apuntan a una fusión progresiva entre la banca tradicional y la infraestructura blockchain, en la que el dólar tokenizado sirve como capa de eficiencia y no como amenaza directa.
Lo que significa para Bitcoin y Ethereum
El auge de los stablecoins también tiene repercusiones directas en el ecosistema cripto.
Para Bitcoin, implica mayor liquidez y menor fricción entre fiat y cripto dentro de los exchanges, mejorando la formación de precios.
En el caso de Ethereum, los stablecoins son uno de los principales consumidores de espacio en bloque, especialmente en soluciones de segunda capa (Layer 2), lo que incrementa el ingreso por comisiones y refuerza el vínculo entre la actividad económica y los flujos de valor en ETH.
Un anticipo del futuro financiero
Si la tendencia continúa y la regulación acompaña, los stablecoins podrían mover entre 70 y 150 billones de dólares anuales para 2027, representando hasta un 7% del total de pagos globales.
Lejos de ser un experimento, los dólares en blockchain ya son una infraestructura funcional y en expansión, y su evolución marcará el ritmo del nuevo sistema financiero digital.