La caída hasta los 90.000 dólares reveló un patrón conocido pero decisivo: mientras miles de inversores minoristas capitulaban con pérdidas, ballenas, fondos institucionales y holders de largo plazo aprovecharon para aumentar exposición, según nuevos datos on-chain y documentos regulatorios.
Instituciones entran mientras el retail huye
El movimiento más destacado vino de Strategy, que adquirió 8.178 BTC por 835,6 millones de dólares, fijando un promedio de 102.171 dólares para esta última compra, aunque ahora esté en terreno negativo. A pesar de ello, el costo base agregado de la empresa se mantiene en 74.433 dólares, manteniendo la posición global en ganancias.
Otro indicio de compras pesadas llegó desde la academia: Harvard Management Company reveló una posición de 6,8 millones de acciones de IBIT, valuadas en 442,9 millones de dólares al cierre del 30 de septiembre. Esto triplica su exposición del trimestre previo y convierte al ETF en su mayor posición reportada en acciones estadounidenses.
Ambos movimientos se registraron mientras:
Las tasas de financiación caían a territorio negativo.
El interés abierto se reducía por liquidaciones largas.
Los holders de corto plazo vendían con pérdidas.
El patrón apunta a una redistribución clásica: manos débiles entregando suministro a manos con balance, capital y horizonte más largo.
Quién vendió realmente el fondo
Los datos de Glassnode confirmaron capitulación entre los short-term holders, cohortes que compran en subidas y venden en pánico cuando llega la volatilidad. Sus ventas con pérdidas se alinearon con liquidaciones en derivados y el retroceso bajo los 90.000 dólares.
Al mismo tiempo, los ETF spot de Estados Unidos registraron una salida masiva de 2.570 millones de dólares en noviembre, la mayor desde su lanzamiento. Esos rescates obligan a los authorized participants a vender spot o desarmar coberturas, generando presión bajista adicional durante el horario estadounidense.
La coincidencia entre:
capitulación minorista
ventas forzadas por ETFs
liquidaciones en derivados
creó el escenario perfecto para compradores de mayor escala.
Datos on-chain: ballenas cargan BTC y altcoins
Carteras con más de 1.000 BTC incrementaron posiciones mientras las cohortes pequeñas reducían exposición, un patrón que se ha visto en fases tempranas de acumulación en ciclos previos.
No solo fue Bitcoin:
Onchain Lens y Lookonchain detectaron compras de Solana vinculadas al caso LIBRA, y una ballena clasificada como Anti-CZ abriendo largos en Ethereum mientras sostiene exposición relevante en XRP.
Sin embargo, estos patrones dependen de heurísticas:
agrupaciones de direcciones, etiquetas de exchanges y análisis de clústeres que no siempre representan entidades verificadas. Pese a sus limitaciones, muestran apetito de “smart money” durante la volatilidad.
Derivados: un mercado en plena limpieza
El CEO de CryptoQuant, Ki Young Ju, destacó que los grandes participantes redujeron exposición en futuros mientras los minoristas sostenían la mayor parte del interés abierto. A nivel de mercado:
El funding negativo indica desarme de largos, no entrada masiva de cortos.
El interés abierto cayó, señalando cierres de posiciones arriesgadas.
Spot absorbió oferta mientras derivativos se limpiaban.
Esta combinación puede anticipar un rebote o una continuación bajista, dependiendo de si la demanda de mercado spot persiste.
¿Acumulación real o trampa alcista?
Las salidas récord de los ETF spot debilitan el flujo estructural que absorbió emisión minera durante gran parte de 2024 y 2025. Si estas salidas continúan:
Ni las compras de Harvard
ni las de Strategy
ni las ballenas on-chain
pueden compensar miles de millones en redenciones.
En escenarios oscilantes, una trampa alcista temprana y un inicio de acumulación de ciclo pueden parecer idénticos en tiempo real. La diferencia se confirma posteriormente cuando el precio:
o se estabiliza por absorción sólida de spot,
o rompe a la baja ante falta de flujo comprador.
Por ahora, la compra de Strategy está bajo agua, y análisis no confirmados sugieren que cerca del 40% de su inventario estaría por debajo del coste, aunque ese dato no aparece en documentos oficiales.
Lo que definirá el próximo movimiento
Ni los informes 13F ni las etiquetas on-chain cuentan toda la historia. Estos datasets omiten posiciones privadas, fondos offshore, movimientos custodiales y operaciones internas no reflejadas en la cadena.
El punto clave es si:
Los ETF dejan de sangrar,
La demanda spot institucional se mantiene, y
El mercado de derivados recupera estabilidad.
Si estos factores convergen, el retroceso a 90.000 dólares podría marcar un mínimo local significativo. Si no, los compradores institucionales deberán poner a prueba su convicción en niveles inferiores.
Por ahora, el crash dejó claro quién vendió por miedo y quién compró con calendario largo.
El veredicto llegará con los flujos de las próximas semanas.

