Sin IBIT, el conjunto de productos cotizados en bolsa respaldados por Bitcoin mostraría salidas netas, revelando una dependencia estructural sin precedentes.
¿Es el boom de los ETF de Bitcoin realmente un éxito del mercado o solo el reflejo del poder de BlackRock?
A pesar de la euforia institucional que rodea a los fondos cotizados en bolsa (ETF) de Bitcoin, los datos muestran una realidad mucho más frágil: sin BlackRock, el balance sería negativo.
Según Vetle Lunde, jefe de investigación en K33 Research, los ETF de Bitcoin en EE. UU. acumulan $26.9 mil millones en entradas netas en lo que va de 2025. Pero tras analizar las cifras, emerge un detalle clave: el iShares Bitcoin Trust (IBIT), lanzado por BlackRock, representa $28.1 mil millones de esos flujos. Es decir, el resto del mercado estaría en pérdidas netas sin él.
Un mercado sostenido por un solo fondo
Desde su lanzamiento a inicios de 2024, IBIT ha redefinido el ecosistema de los ETF de Bitcoin.
De acuerdo con los datos de SoSo Value, el fondo acumula $65.3 mil millones en entradas históricas, mientras que todos los demás productos combinados apenas suman $21.3 mil millones. En contraste, Grayscale (GBTC) ha sufrido salidas por $24.6 mil millones, lo que refuerza la idea de que BlackRock mantiene a flote el balance agregado del mercado.
Actualmente, los ETF de Bitcoin gestionan cerca de 1.3 millones de BTC, y IBIT posee más del 60 % de ese total. Su peso es tal que sin sus compras recurrentes, el mercado probablemente mostraría un flujo negativo acumulado.
Por qué IBIT domina el ecosistema
La ventaja de BlackRock radica en su escala y red de distribución global.
Con $12.5 billones en activos bajo gestión, la firma ha logrado canalizar la demanda minorista e institucional hacia un único producto de referencia.
La entrada de BlackRock en el sector marcó un antes y un después en la confianza hacia los activos digitales, especialmente tras el colapso de FTX en 2022. Como señaló Eric Balchunas, analista de ETF en Bloomberg:
“Cuando BlackRock presentó IBIT, Bitcoin valía $30,000 y el ecosistema aún olía a FTX. Hoy supera los $110,000, y su legitimidad es indiscutible para los grandes inversores.”
Más allá de su éxito financiero, IBIT también ha transformado la base de clientes de la compañía: tres de cada cuatro inversores del fondo nunca habían usado un producto iShares antes. Esto convierte al ETF en una poderosa herramienta de captación para nuevos clientes dentro del imperio BlackRock.
Adicionalmente, el fondo ha popularizado los mecanismos de creación “in-kind”, que permiten a los grandes tenedores de Bitcoin transferir directamente sus activos al ETF a cambio de participaciones, sin necesidad de venderlos. Este modelo ha procesado ya más de $3 mil millones en transferencias directas, fortaleciendo la confianza en su infraestructura de custodia y su eficiencia fiscal.
IBIT, entre los fondos más rentables de BlackRock
El impacto económico de IBIT dentro de BlackRock ha sido inmediato.
Con apenas un año de existencia, el fondo ya figura entre los diez ETF con mayores ingresos anuales de la gestora, generando $244 millones en comisiones según datos de Bloomberg Intelligence. Su rendimiento supera incluso al de fondos veteranos como el iShares Russell 1000 Growth ETF o el iShares Gold Trust.
Esta rentabilidad ha incentivado a otras firmas como Fidelity, Ark Invest y VanEck a mantener sus propios ETF de Bitcoin, aunque con resultados modestos frente al gigante de BlackRock.
Qué pasará si los flujos se detienen
La dependencia del mercado de un solo actor plantea un riesgo estructural.
Si las entradas de IBIT se desaceleran, la liquidez de los exchanges estadounidenses podría resentirse, ampliando los diferenciales de precios y reduciendo las oportunidades de arbitraje.
El flujo constante del fondo actúa actualmente como una fuente de demanda sostenida, contrarrestando la presión vendedora de los mineros y manteniendo el precio de Bitcoin por encima de niveles clave.
Un eventual enfriamiento de esos flujos podría debilitar el “piso” del mercado, aumentando la volatilidad y reduciendo la prima de liquidez que hoy beneficia a BTC.
Además, la confianza institucional podría tambalearse: si los flujos mensuales se vuelven negativos, las oficinas familiares y asesores financieros que comparan su rendimiento con IBIT podrían reducir su exposición total a Bitcoin, afectando la demanda estructural del activo.
Finalmente, la posible rotación de capital hacia ETF de Ethereum o nuevos fondos de altcoins podría fragmentar aún más la atención de los inversores, erosionando el dominio de Bitcoin dentro del ecosistema cripto.
El auge de los ETF de Bitcoin en Estados Unidos ha sido celebrado como la prueba definitiva de la adopción institucional. Pero los datos revelan otra historia: sin BlackRock, el mercado estaría en terreno negativo.
La consolidación de IBIT como el pilar absoluto del ecosistema demuestra tanto el poder de Wall Street como la fragilidad de un mercado que depende de un solo comprador masivo.
El desafío ahora será descubrir si la adopción institucional puede sostenerse cuando el gigante deje de comprar.

