El suministro total de stablecoins ha superado los $300.000 millones, consolidándose como uno de los motores más influyentes en la adopción global de criptomonedas y marcando el inicio de una nueva etapa de convergencia con el sistema financiero tradicional.
La regulación, el uso corporativo y la integración bancaria transforman a las stablecoins en un vehículo clave para pagos, reservas y nuevas infraestructuras financieras globales.
El ascenso silencioso que redefine el sistema financiero
Lo que comenzó como una solución técnica para evitar la volatilidad de las criptomonedas se ha convertido en un fenómeno que está transformando la estructura misma del sistema financiero. En 2025, el mercado de stablecoins ha superado por primera vez los $300.000 millones en circulación, un hito que no solo refleja la madurez del sector cripto, sino también su creciente influencia en el mundo bancario y de pagos globales.
Según datos de CoinMarketCap, el suministro total alcanza actualmente $307.000 millones, mientras que CoinGecko y DeFiLlama lo sitúan en $299.000 millones y $295.500 millones respectivamente. Más allá de las pequeñas diferencias metodológicas, el consenso es claro: el mercado de las stablecoins no solo crece, sino que se acelera, impulsado por un aumento en la demanda institucional, regulatoria y empresarial.
Dominio de Tether y expansión en múltiples redes
El liderazgo sigue en manos de Tether (USDT), con un 58% del mercado y una capitalización de $173.000 millones. Su uso peer-to-peer se ha disparado hasta los $17.400 millones diarios en transferencias entre wallets, cifra 130 veces superior a la de 2020. Este crecimiento es un reflejo del papel que USDT juega en economías emergentes, remesas transfronterizas y mercados cripto donde la estabilidad del dólar es fundamental.
Le sigue USD Coin (USDC), con $74.000 millones en circulación, respaldado por la sólida infraestructura de Circle y la confianza del mercado tras su exitosa salida a bolsa. En tercer lugar aparece USDe, de Ethena Labs, con $14.000 millones, impulsado por nuevas integraciones en plataformas como Binance.
A nivel de redes, Ethereum sigue siendo el epicentro con más de $161.000 millones en stablecoins, seguido por Tron con $77.000 millones. Solana y BSC completan el top cuatro con $13.000 millones y $12.000 millones respectivamente, reflejando un ecosistema cada vez más diversificado.
Regulación: el punto de inflexión que abre las puertas a la banca
El crecimiento exponencial de las stablecoins no se explica solo por la demanda del mercado, sino por un cambio estructural en el marco regulatorio. Desde la aprobación del GENIUS Act en julio, que impuso requisitos de reservas y supervisión directa por parte de la Reserva Federal, el sector ha ganado en legitimidad y confianza institucional.
Este nuevo entorno regulado ha abierto las puertas a que gigantes como JPMorgan y organismos como la CFTC aceleren sus pilotos con pagos basados en stablecoins y liquidaciones transfronterizas. Incluso empresas nativas de la industria cripto, como Ripple o MetaMask, están desarrollando productos enfocados en esta nueva infraestructura financiera híbrida.
El resultado es un ecosistema más estable, predecible y atractivo para actores financieros tradicionales que antes observaban el mercado con cautela. Ahora, las stablecoins ya no son vistas como un riesgo, sino como una oportunidad estratégica para modernizar procesos de pagos, gestión de liquidez y emisión de activos digitales.
De caballo de Troya cripto… a caballo de Troya bancario
Durante años se dijo que las stablecoins serían el “caballo de Troya” para que la banca ingresara al mundo cripto. Sin embargo, la tendencia parece invertirse: la tecnología cripto está abriéndose paso en el sistema bancario a través de las stablecoins.
Su naturaleza programable y su capacidad para integrarse en infraestructuras financieras existentes les permiten actuar como puentes entre los dos mundos. Una vez que estas “vías de pago” están integradas, se habilita un universo de nuevas aplicaciones: desde pagos mayoristas y tokenización de activos hasta préstamos en tiempo real y productos financieros automatizados.
Como señaló Patrick Scott, de DeFiLlama, “una vez que se abren estas puertas, los emprendedores con visión usarán las stablecoins como plataforma para construir nuevos negocios sobre el sistema bancario existente”.
Un nuevo paradigma financiero en gestación
La superación del umbral de los $300.000 millones no es un simple dato de mercado; es el síntoma de una transformación estructural profunda. Las stablecoins están dejando de ser un mero instrumento dentro del ecosistema cripto para convertirse en una capa fundamental de la nueva arquitectura financiera global.
El impacto es doble: por un lado, ofrecen al mundo bancario eficiencia, liquidez y velocidad sin precedentes; por otro, permiten que las criptomonedas penetren en sectores hasta ahora inaccesibles. En el horizonte, se vislumbra un sistema híbrido en el que los dólares tokenizados circulan junto a criptoactivos nativos, y donde la línea que separaba a la banca tradicional del universo blockchain comienza a desdibujarse.
¿La industria cripto está entrando en la banca, o la banca está entrando en cripto? La respuesta puede ser ambas. Lo que está claro es que las stablecoins ya no son una herramienta secundaria: son el nuevo idioma financiero que hablarán tanto Wall Street como el ecosistema descentralizado.