La más reciente compra de Strategy, liderada por Michael Saylor, vuelve a poner esa pregunta sobre la mesa. Con una inversión de 99,7 millones de dólares, la firma sumó 850 BTC adicionales a sus reservas, alcanzando un total de 639.835 bitcoins bajo custodia.
Una apuesta corporativa sin precedentes
La compañía, listada en NASDAQ bajo el ticker MSTR, pagó un precio promedio de 117.344 dólares por bitcoin en esta adquisición. En total, Strategy ha destinado más de 47.330 millones de dólares para consolidar su estrategia de tesorería basada en criptoactivos, con un coste medio cercano a los 73.971 dólares por unidad.
Hoy, el valor de mercado de su portafolio supera los 72.000 millones de dólares, lo que convierte a Strategy en uno de los mayores tenedores institucionales de BTC a nivel global. Esta política refuerza la visión de Saylor sobre Bitcoin como un activo de reserva superior frente a la inflación y la volatilidad de los mercados tradicionales.
Impacto en el mercado y en las acciones
A pesar de la magnitud de la compra, las acciones de Strategy abren la jornada en terreno negativo, siguiendo la tendencia bajista general del mercado de criptomonedas. El viernes, el título cerró en 344,75 dólares, aunque aún conserva una ganancia de más del 15% en lo que va de 2025.
El movimiento llega en un contexto de alta volatilidad, donde los grandes jugadores institucionales buscan capitalizar las oportunidades de acumulación en medio de los retrocesos de precio.
Competencia entre gigantes corporativos
El mismo día, Metaplanet sorprendió con una adquisición de mayor volumen: 5.419 BTC por un valor superior a 630 millones de dólares, lo que elevó sus reservas a 25.555 bitcoins. Este paralelo demuestra cómo las empresas públicas intensifican su competencia por posicionarse como referentes en la adopción corporativa de Bitcoin.
Un panorama de adopción acelerada
El caso de Strategy y Metaplanet muestra que el papel de las corporaciones en el ecosistema de blockchain y criptomonedas es cada vez más decisivo. No solo se trata de inversiones financieras, sino de una apuesta estratégica por un sistema monetario alternativo que desafía las estructuras tradicionales de reservas y tesorería.
El ritmo de acumulación institucional evidencia que Bitcoin sigue ganando terreno como activo de referencia en los mercados globales, consolidando su rol en la arquitectura financiera del futuro.