Telegram ya no es solo un refugio para comunidades cripto o chats cifrados: ahora es un actor central en la carrera por monetizar la inteligencia artificial. En un movimiento tan sorpresivo como ambicioso, la plataforma anunció un acuerdo exclusivo con xAI, la empresa de Elon Musk, para integrar el chatbot Grok en su ecosistema.
El acuerdo —valorado en $300 millones, con pagos en efectivo, equity y 50% de los ingresos por suscripciones— convierte a Telegram en el canal exclusivo de distribución de Grok por un año. El CEO Pavel Durov lo celebró en su estilo directo:
“Together, we win ❤️📈🏆”
El impacto fue inmediato: el token de TON (The Open Network), el ecosistema Web3 de Telegram, subió un 15% tras el anuncio. Pero más allá del rally puntual, el movimiento marca un punto de inflexión: Telegram comienza a monetizar directamente su base de 1.000 millones de usuarios mensuales activos, hasta ahora sustentada por deuda, donaciones y financiación no tradicional.
Del rojo al negro: Telegram reporta su primera ganancia
En paralelo al anuncio con Musk, Telegram reveló cifras financieras históricas: en 2024 obtuvo una ganancia neta de $540 millones sobre ingresos de $1.400 millones. Con 15 millones de usuarios pagos y un crecimiento diario de 2,5 millones de cuentas, las proyecciones para 2025 son optimistas: $2.000 millones en ingresos y $700 millones en beneficios.
Estas cifras coinciden con el cierre de una emisión de bonos por $1.500 millones, colocada con una tasa del 9% y con respaldo de pesos pesados como BlackRock, Citadel y Mubadala. El bono incluye una cláusula de conversión vinculada a una posible salida a bolsa antes de 2030.
La emisión fue sobre suscrita, lo que sorprendió al mercado considerando la situación judicial de Durov.
La sombra de París: el caso que podría arruinarlo todo
Aunque los números son sólidos, el talón de Aquiles está en Francia. Durov fue arrestado en París en agosto de 2024 e imputado por 12 cargos preliminares, entre ellos no cooperar en investigaciones de seguridad infantil.
Desde entonces, está bajo vigilancia judicial y tiene prohibido salir de Francia. El 12 de mayo, un tribunal le impidió viajar a EE.UU. para reunirse con inversores.
“Hasta hoy no entendemos qué hicimos mal”, declaró a The Wall Street Journal.
El caso podría entorpecer o retrasar una potencial IPO, generar dudas de gobernanza y tensionar la relación con reguladores internacionales. También reabre el debate sobre los límites de responsabilidad para apps cifradas que promueven la privacidad como bandera.
¿IPO inminente o puente financiero?
El mercado interpreta la combinación del acuerdo con xAI y la emisión de bonos como señales de que Telegram se prepara para cotizar públicamente. Sin embargo, algunos analistas sugieren que el bono, más que una antesala a la IPO, es una vía de crecimiento sin exposición al escrutinio público, mientras se resuelve la situación judicial de su fundador.
El contrato con Grok también plantea interrogantes:
¿Mantendrán los usuarios suscripciones activas a un chatbot?
¿Podrá xAI entregar resultados de calidad sostenida?
¿Aceptarán los reguladores las garantías de Durov sobre protección de datos?
Telegram ha dejado de ser una promesa sin rentabilidad. Hoy tiene ingresos, beneficios, alianzas estratégicas y una narrativa fuerte de crecimiento. Sin embargo, la incertidumbre judicial sobre su fundador es el único obstáculo real entre la compañía y una eventual consagración en bolsa.
En una era donde la privacidad, la inteligencia artificial y la monetización de plataformas convergen, Telegram está en el centro del escenario. Pero si el drama se traslada del mercado al tribunal, el giro histórico podría terminar en tragedia corporativa.