Durante la última edición de la Labitconf, la tokenización de activos fue uno de los ejes centrales del debate. En un panel dedicado a la regulación impulsada por la Comisión Nacional de Valores (CNV), representantes del sector público y privado coincidieron en que Argentina se ha convertido en el país con el marco más avanzado de la región en materia de activos digitales.
El encuentro contó con la participación de Roberto Silva, presidente de la CNV; Eduardo Novillo Astrada, fundador de JusToken; y Alejandro Rothamel, director de asuntos legales de Ripio, quienes analizaron los avances regulatorios y las oportunidades que abre esta nueva etapa del mercado de capitales argentino.
La visión de la CNV: innovación con protección
Durante su intervención, Roberto Silva explicó cómo surgió el marco normativo que hoy posiciona a Argentina a la vanguardia de la tokenización de activos reales y financieros.
“Todo comenzó cuando el año pasado la regulación de los proveedores de servicios de activos virtuales (PSAV) pasó bajo la órbita de la CNV, a instancias de la visita del GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional)”, recordó.
A partir de ese punto, el organismo se propuso abordar no solo a los sujetos del ecosistema digital —como exchanges o wallets— sino también los productos financieros asociados. “El tema es más complejo porque, en el caso de los activos virtuales, no está clara la competencia. Argentina no tiene una ley cripto específica, pero sí un marco de mercado de capitales que puede adaptarse”, señaló Silva.
El funcionario subrayó que la CNV adoptó una postura pro-innovación:
“Tenemos que proteger a los activos tradicionales, pero también queremos desarrollar el ecosistema cripto y fintech. No buscamos frenar la innovación, sino acompañarla.”
Un marco jurídico para la representación digital
Uno de los hitos más importantes fue la creación de un marco jurídico para la tokenización de instrumentos de oferta pública, lo que permitió incorporar estos activos al sistema regulado de valores.
“Decidimos que los activos tokenizados deben estar respaldados y registrados en Caja de Valores. De ese modo, eliminamos la posibilidad de duplicidad de títulos y aseguramos la trazabilidad completa”, explicó Silva.
Este modelo se basa en el concepto de “representación digital adicional”: en lugar de emitir títulos físicos, los instrumentos financieros pueden representarse digitalmente y negociarse en exchanges autorizados.
“En la práctica, utilizamos un titular de registro y mantenemos inmovilizada una porción de los activos que solo se mueven en el entorno digital. Es un esquema similar al de los CEDEAR, que funcionan como una forma de tokenización indirecta”, añadió.
La CNV implementó esta regulación dentro de un sandbox regulatorio, un entorno controlado que permite observar cómo se comportan los nuevos instrumentos antes de su expansión. “Vamos a monitorear su desempeño durante un año y, según los resultados, decidiremos si lo ampliamos o ajustamos”, detalló Silva.
El titular del organismo remarcó que el rol del Estado no es innovar, sino generar condiciones para que el mercado lo haga:
“La innovación la tiene que liderar el mercado, no los reguladores. Nuestro papel es ofrecer un marco previsible y seguro.”
Argentina, pionera regional en regulación cripto
Silva destacó que Argentina ha logrado avanzar en menos de dos años hasta colocarse por delante de países que históricamente estaban más desarrollados en materia fintech.
“Contamos con un ecosistema cripto y financiero muy dinámico. Hemos avanzado más rápido que otras economías de la región y eso debemos aprovecharlo”, afirmó.
Gracias a estas medidas, Argentina se posiciona como referente en la tokenización de activos, un proceso que permite digitalizar bienes reales o financieros —como bonos, inmuebles o materias primas— y facilitar su fraccionamiento, liquidez y acceso.
Casos concretos: bonos y tierras tokenizadas
Desde el sector privado, Alejandro Rothamel, de Ripio, explicó cómo su empresa participa en este proceso con el token del bono soberano AL30, que se ha convertido en un caso emblemático de innovación regulada.
“Ripio es un exchange, una vidriera del mercado. En esta etapa experimental, quisimos elegir un activo atractivo y líquido. El AL30 cumplía esas condiciones y, además, no requería autorización directa de la CNV para su representación digital”, explicó.
Rothamel detalló que el bono está depositado en la Caja de Valores y que su tokenización actúa como una representación adicional, respetando el marco legal y evitando duplicidades. “Hoy tenemos la limitación de que los activos están en PSAV y no en DeFi, porque aún se necesita el registro físico en Caja. Pero es un paso enorme para la integración futura”, afirmó.
Por su parte, Eduardo Novillo Astrada, de JusToken, presentó un proyecto innovador centrado en la tokenización de campos agrícolas.
“Desarrollamos una plataforma que permite comprar fracciones de campos argentinos con inversiones mínimas. Así, cualquier persona puede participar del negocio agropecuario, y los productores obtienen mayor liquidez para sus activos”, explicó.
El modelo amplía el acceso al mercado y democratiza la inversión en bienes rurales, una de las principales economías del país. “Pronto será posible comprar pequeños porcentajes de tierras a través de exchanges conocidos. Eso multiplica las oportunidades para todos”, añadió.
La tokenización de activos en Argentina avanza con pasos firmes y se consolida como un ejemplo de equilibrio entre innovación y regulación. Con el liderazgo de la CNV y la colaboración del sector privado, el país ha logrado construir un marco jurídico que permite experimentar, sin frenar el desarrollo tecnológico.
Si el sandbox regulatorio confirma su éxito, Argentina podría convertirse en el primer país de América Latina en integrar completamente la tokenización dentro de su sistema financiero tradicional, marcando un precedente para toda la región.


