No es un matiz ni un ajuste técnico: es una capitulación total del último gran bastión de resistencia en Wall Street.
El 2 de diciembre, Vanguard habilitará en su plataforma de corretaje el acceso a ETFs spot de las principales criptomonedas. Tras años de rechazo explícito, la firma finalmente cede ante la presión regulatoria, competitiva y demográfica que viene reconfigurando el mercado.
El fin del “no cripto” en el mayor bastión conservador
Durante mucho tiempo, Vanguard fue el opositor más visible dentro del sector financiero tradicional. Su filosofía de inversión —combinación de bajo costo, diversificación amplia y horizonte de largo plazo— consideraba la volatilidad de los activos digitales como incompatible con la gestión patrimonial tradicional.
Aun después de que la SEC aprobara los ETFs spot de Bitcoin y Ethereum en 2024, la firma mantuvo prohibidas las compras en su plataforma, citando falta de claridad regulatoria.
Ese argumento ya no se sostiene.
La combinación de decisiones judiciales, la postura pro-innovación del regulador estadounidense y los marcos de vigilancia, custodia y divulgación establecidos para los fondos spot terminaron por eliminar la incertidumbre que Vanguard utilizaba como barrera.
Y la competencia hizo el resto:
35% de los jóvenes adinerados en EE. UU. abandonaron a sus asesores porque no ofrecían exposición a cripto.
BlackRock, Fidelity, Bitwise y otros captaron miles de millones mientras Vanguard observaba desde afuera cómo los flujos se movían a otras instituciones.
Vanguard no lanzará sus propios fondos — pero será un puente gigantesco
La firma insistió en algo: no fabricará ETFs cripto propios, en línea con su filosofía original.
En cambio, actuará como plataforma de acceso a fondos de terceros —BlackRock, Fidelity, Bitwise, entre otros— permitiendo que su enorme base de inversores conservadores compre productos regulados desde su cuenta principal.
Para muchos clientes, esto resuelve un problema incómodo:
Hasta ahora, tenían que fragmentar sus tenencias en varias instituciones, complicando estrategias como tax-loss harvesting o la gestión de portafolios modelo.
Hunter Horsley, CEO de Bitwise, lo resumió así:
“La segunda mayor correduría de Estados Unidos pasa de vender solamente a permitir compras de cripto ETFs. Y nadie parece impresionado. Eso es madurez.”
Qué motivó el giro: regulación, demanda y presión competitiva
Tres factores convergieron:
1. Regulación clara
Los acuerdos de vigilancia, reglas de custodia y estándares de divulgación aplicados a los ETFs spot crearon un marco operativo probado, reduciendo riesgos para los brokers.
2. Demanda imposible de ignorar
Los ETFs spot ya mueven más de:
$120.000 millones en Bitcoin
$20.000 millones en Ethereum
Y productos más recientes, como los de Solana y XRP, también captan flujos significativos.
3. Fuga silenciosa de clientes
Los inversores ya estaban comprando cripto ETFs… solo que fuera de Vanguard.
Mantener la prohibición estaba provocando erosión patrimonial y operativa:
los asesores tenían que operar en plataformas externas para mantener exposición, introduciendo costos y fricciones innecesarias.
Qué puede ocurrir ahora: menos volatilidad, más liquidez y flujos estructurales
El impacto inmediato puede parecer modesto. La base de Vanguard es más conservadora y los productos cripto solo estarán disponibles para:
cuentas de corretaje autodirigidas
cuentas IRA individuales
Sin acceso para vehículos institucionales o planes de pensión.
Aun así, incluso una asignación del 0,1%–0,2% de los activos elegibles implicaría miles de millones en flujos iniciales.
Pero lo más importante no es la velocidad, sino la naturaleza del capital:
Capital de Vanguard = capital permanente
Si un portafolio 60/40 incorpora un 1% a cripto:
cuando BTC o SOL suben, el sistema vende para rebalancear
cuando caen, compra automáticamente para restaurar el peso
Ese comportamiento tiende a estabilizar precios y crear un “piso” estructural.
Además, la entrada de Vanguard mejora la eficiencia del mercado:
spreads más estrechos
menores costos de ejecución
mejor arbitraje entre precio del ETF y del activo subyacente
Incluso bajo un escenario conservador, la dinámica puede atraer decenas de miles de millones en demanda nueva en los próximos ciclos.

