El renovado interés por la privacidad financiera y los avances técnicos en pruebas de conocimiento cero impulsan su inesperado regreso.
¿Qué pasa cuando un token olvidado desafía al mercado?
Mientras la atención se centra en Bitcoin, Ethereum y la fiebre de los ETF, Zcash (ZEC), uno de los proyectos más antiguos del ecosistema cripto, acaba de protagonizar el rally más explosivo del año.
En apenas un mes, el precio del token se disparó 380%, alcanzando los 370 dólares antes de estabilizarse en torno a 340 dólares,.
El repunte llevó su capitalización de mercado hasta 5.800 millones de dólares, posicionándolo nuevamente entre las 25 criptomonedas más valiosas del mundo. Pero más allá del precio, el fenómeno Zcash simboliza el regreso del valor ideológico de la privacidad, en un mercado dominado por narrativas regulatorias y compliance institucional.
Del olvido al resurgir
Lanzado en 2016 como un fork de Bitcoin, Zcash heredó su política deflacionaria, su consenso proof-of-work y su mecanismo de halvings periódicos, pero introdujo un componente revolucionario: las pruebas de conocimiento cero (zero-knowledge proofs).
Esta tecnología permite verificar transacciones sin revelar información sobre el emisor, el receptor ni el monto, garantizando un anonimato que ninguna otra blockchain pública ofrecía entonces.
Durante los años posteriores a su lanzamiento, Zcash fue visto como una alternativa más privada al propio Bitcoin, pero el endurecimiento regulatorio y la eliminación de monedas de privacidad en exchanges importantes como ocurrió con Monero y Dash lo relegaron al olvido.
Su volumen cayó, su base de desarrolladores se redujo y su narrativa perdió atractivo frente a nuevos sectores como DeFi, IA tokens o Layer-2s.
Hasta que 2025 cambió el guion.
El precio de la privacidad
El renacimiento de ZEC coincide con un contexto global de mayor vigilancia financiera.
La introducción de identidades digitales obligatorias en el Reino Unido, las regulaciones MiCA en la Unión Europea y el avance de la inteligencia artificial en rastreo de transacciones han reavivado el debate sobre el derecho a la privacidad en la economía digital.
En ese escenario, Zcash volvió a ganar relevancia como símbolo de soberanía individual.
Buscando alternativas a los activos más regulados, los inversores minoristas se han volcado hacia “apuestas ideológicas”, donde la narrativa importa tanto como la tecnología.
“Cripto sin privacidad no es cripto”, dijo Mert Mumtaz, CEO de Helius Labs, quien calificó a Zcash como “Bitcoin cifrado con la misma lógica de reserva de valor, pero más soberano”.
Apoyos públicos de figuras influyentes como Arthur Hayes, cofundador de BitMEX, y Barry Silbert, de Digital Currency Group, reforzaron la narrativa. Ambos han elogiado el proyecto y proyectan un futuro de revalorización sostenida.
El mito del halving y el motor real
Parte del entusiasmo proviene de una confusión.
Muchos operadores atribuyeron el rally a un supuesto halving de Zcash en noviembre de 2025, cuando en realidad el último ocurrió en noviembre de 2024, y el próximo será recién en 2028, según Coincodex.
Aun así, el tema de la escasez sigue siendo clave en su valoración. Al igual que Bitcoin, Zcash reduce sus recompensas mineras cada cuatro años, reforzando su identidad como activo limitado y resistente a la inflación.
Pero el verdadero catalizador no es narrativo, sino técnico:
El proyecto lanzó recientemente una versión alpha pública de su nueva arquitectura de pruebas de conocimiento cero, diseñada para mejorar la velocidad de las transacciones shielded y optimizar las wallets privadas.
Este avance ha reactivado a la comunidad de desarrolladores y repositorios de código en GitHub, donde se observa un aumento constante en las contribuciones.
El factor retail y el repunte mediático
El resurgimiento de Zcash también se refleja en los datos de comportamiento.
De acuerdo con CryptoQuant, la actividad minorista en el mercado spot alcanzó su nivel más alto en tres años, mientras que las búsquedas de “Zcash” en Google se dispararon a su punto máximo desde 2021.
Esta confluencia de atención mediática y actividad comercial recuerda a los primeros ciclos de euforia del sector, donde los repuntes de interés minorista precedían a fases alcistas prolongadas.
¿Rally sostenible o fiebre ideológica?
Pese al optimismo, los analistas advierten sobre riesgos estructurales.
La liquidez sigue siendo baja comparada con los grandes pares, y varios exchanges aún restringen las transacciones anónimas por motivos de cumplimiento normativo.
Esto limita la entrada de capital institucional, aunque refuerza el perfil cypherpunk de su base de usuarios.
Sin embargo, la descentralización del poder de minado y el retorno del desarrollo activo fortalecen la legitimidad técnica del proyecto.
Como destacó Mumtaz:
“Ocho años de minería PoW justa han eliminado a los turistas y dejado solo a los creyentes.”
El resurgimiento de Zcash no solo es un movimiento de precio: es una declaración filosófica.
En una era donde la transparencia es forzada y la privacidad se criminaliza, ZEC representa el retorno de una vieja idea: que el dinero digital también debe ser libre.
Su futuro dependerá de si el mercado busca solo rentabilidad, o si está listo para volver a apostar por convicción.

El precio de la privacidad
¿Rally sostenible o fiebre ideológica?
