PPI de julio: qué dijo y por qué importa
El PPI mensual subió 0,9 % en julio, muy por encima del 0,2 % esperado, y el PPI interanual trepó a 3,3 %. Fue el mayor salto en tres años, con un impulso preocupante en servicios. Además, el core PPI avanzó 0,6 %, la lectura mensual más alta desde 2022. El mensaje es claro: las presiones de costos en la primera milla de la cadena vuelven a calentar y pueden trasladarse al consumidor en los próximos meses.
Este shock de datos pegó directo en las apuestas de recorte de tasas para septiembre. Hasta antes del reporte, el mercado descontaba con comodidad un recorte; tras el PPI, los inversores pasaron a dudar del alcance y el timing del alivio. El dólar rebotó tras la publicación y la narrativa de “tasas altas por más tiempo” ganó tracción.
Por qué temblaron los mercados
Un PPI caliente desafía la idea de que la inflación subyacente esté totalmente controlada. Cuando los márgenes en la cadena de producción se comprimen, las empresas intentan recomponerlos con precios más altos o recortes de costos, dos dinámicas que los bancos centrales miran de cerca. La lectura de julio, además, agita el componente tarifario (aranceles) como potencial acelerador de precios, elevando el riesgo de que la Fed posponga recortes profundos. Resultado: bonos con rendimientos reacomodándose y acciones sensibles a tasas perdiendo impulso.
La consecuencia en cripto: la vela de Bitcoin
En cripto, el vector es conocido: tasas más altas hoy reducen el valor presente de flujos futuros y golpean a los activos de “beta alta” como Bitcoin. Tras el dato, BTC giró con fuerza a la baja y dejó su mayor vela roja diaria en semanas, en un movimiento de “de-risking” que barrió stops y enfrió el ánimo comprador. Al cierre de esta mañana, el precio seguía por debajo de la zona de máximos recientes, incapaz de reconquistar resistencias inmediatas, mientras los operadores se reacomodan al nuevo mapa de tasas.
La reacción no solo fue direccional: el order-flow mostró cómo los intentos de rebote chocaron con oferta pasiva en niveles cercanos a los techos semanales; los breakouts fallaron y el mercado volvió al rango, típico de jornadas donde el factor macro domina. Para los traders, la pista estuvo en la delta y la velocidad del libro: compras que no aceleran, retrocesos que recuperan con poca profundidad y un sesgo a vender en resistencia.
¿Y ahora qué mirará el mercado?
Próximos datos macro. La atención se traslada a CPI y, luego, a PCE: confirmaciones de alivio darían aire; nuevas sorpresas al alza reforzarían “higher for longer”. Cada lectura puede mover expectativas de la Fed y, con ellas, la prima de riesgo cripto.
Curva de rendimientos y dólar. Un dólar firme y rendimientos al alza suelen presionar a BTC; relajación en ambos frentes favorece recuperaciones.
Liquidez y derivados en cripto. Tras una caída fuerte, es clave observar funding, interés abierto y la aparición de absorción en soportes. Si los repuntes se dan con OI decreciente y volumen flojo, el rebote es de gato muerto; si hay aumento de volumen con liquidación de cortos, puede nacer un tramo de alivio.
Bitcoin
Secuencia en tres tramos (A–B–C): tras la compresión de finales de julio (rango estrecho 116–120k) se produjo breakout, avance, pausa y nueva extensión. Cada tramo vino con picos relativos de volumen, señal de participación creciente y de que el precio “respira” entre impulsos.
La descompresión desde ese lateral dejó atrás un nodo de volumen (rectángulo rosa), liberando “aire” hasta el máximo reciente 123.7k.
El retroceso vigente está encima del 0.382 de Fib (~118.6k) del último tramo efectivo. Mientras se mantenga ≥ 118.6k–117k (0.5), es una toma de ganancias normal dentro de tendencia.
0.618 (~116k) es la “última parada” para considerar que la estructura de corto plazo sigue sana.
Resistencias: 121–122k (techo del rango roto), 123.7k (máximo), 127–129k y 130–133k (proyección del rango).
Soportes: 118.6k, 117k, 116k; más abajo 112k (mínimo “X” y base del bloque de ruptura).
Cierre diario firme > 121–122k y superación del máximo 123.7k con volumen.
Si eso ocurre, las proyecciones del rango (8–9k añadidos al breakout) apuntan primero a 129–131k; superada esa franja, 135k entra en juego (extensión y parte alta del canal de avance).
Lo que sí debería preocuparnos
Cierre por debajo de 116k con aumento de volumen → riesgo de volver a 112k para testear la ruptura.
Mechas superiores consecutivas en 121–123k sin volumen → posible distribución y rango 116–123k más tiempo.
En corto: mientras 118.6k–117k contenga, el sesgo sigue alcista y hay combustible técnico para intentar 130–135k tras recuperar 121–123.7k con volumen. Si se pierde 116k, toca pensar en una vuelta a 112k antes de un nuevo intento.
El PPI de julio recordó que la batalla contra la inflación no está ganada y forzó un reset de expectativas de tasas. Bitcoin reaccionó como lo que es: un activo de riesgo de alta beta, sensible a la respiración del costo del dinero. En días así, más que predecir, conviene leer el contexto y proteger el capital: la oportunidad llega después, cuando el polvo del macro se asienta.
Columna con fines informativos. No representa asesoramiento financiero.