En la comparación inmediata, Bitcoin retrocedió en torno a 0,7 %, mientras XRP cayó cerca de 3,9 %. La foto táctica sugiere una recuperación más débil de XRP cuando el líder del mercado levantó el pie. Sin embargo, en tramos previos, XRP llegó a superar a BTC con ganancias acumuladas de más del 38 %, recordatorio de que, con apetito por riesgo, la altcoin amplifica los tramos alcistas.
La correlación XRP–BTC se debilitó hacia zonas próximas a 0,4, uno de los niveles más bajos de los últimos meses. ¿Qué implica? Que las subidas de BTC ya no garantizan tracción automática en XRP y que la altcoin puede moverse por flujos propios. Esta independencia relativa es un doble filo: reduce el arrastre cuando BTC cae, pero diluye el viento de cola cuando el líder acelera. En la lectura de 12 meses, distintos reportes ubican a XRP como ganador relativo frente a Bitcoin, con mejora del ratio XRP/BTC. Del lado de la actividad de red, se observa crecimiento de participantes en el ecosistema de XRP mientras, en periodos puntuales, Bitcoin mostró descensos en algunas métricas de billeteras activas. No invalida la tesis de BTC; sí perfila un ciclo distinto para XRP: más dependiente de hitos propios y de cómo canaliza liquidez cuando el mercado se vuelve selectivo.
En el precio, XRP viene de seis meses de lateralización entre 2,05 y 2,60 USD, una zona de valor que dejó múltiples fakeouts pero también acumulación. El quiebre de inicios de julio sobre 2,60 activó el tramo direccional con expansión rápida hasta 3,66 (etiqueta A), seguida por una toma de ganancias ordenada que no dañó la estructura: el retroceso B se detuvo por encima de la media de 200 sesiones y del antiguo techo del rango. El mensaje de mercado fue nítido: la oferta fuerte quedó atrás, la demanda aceptó precios por encima de 3,00 y la volatilidad volvió a comprimirse. Desde B, el precio trabajó una compresión con máximos y mínimos crecientes y hoy oscila en 3,05–3,30 (etiqueta C). En términos de flujo, el volumen acompañó el breakout y se contrajo durante la pausa, un patrón estadísticamente saludable para la continuidad, aunque exige confirmaciones en resistencias.
De cara a las próximas ruedas, el mapa queda acotado por 3,36–3,50 y el máximo de 3,66: una clausura sólida sobre 3,35 con barras de volumen por encima de la media abriría la puerta a una proyección del rango hacia 3,90–4,00. Por abajo, 3,00–2,95 funciona como pivote donde históricamente aparecen compras defensivas; una clausura diaria por debajo de 2,95 sugeriría fallo de compresión y riesgo de purga hacia 2,75–2,60, zona de soporte mayor e invalidación de la tesis de continuidad. Dos o más mechas superiores consecutivas en 3,36–3,50 sin acompañamiento de volumen, además, elevarían la probabilidad de rango extendido en 2,95–3,50.
Para una lectura fina, conviene observar volumen en cualquier intento de ruptura de 3,35–3,36 y la respuesta del libro en 3,50–3,66; seguir el ratio XRP/BTC ayuda a detectar divergencias positivas frente a caídas de BTC, un indicio temprano de resiliencia relativa. En derivados, los cambios en funding y interés abierto permitirán distinguir si predomina la cobertura o el apalancamiento direccional detrás de cada movimiento.
XRP escribe su curva mientras BTC vacila: picos de outperformance, episodios de fragilidad y una correlación que ya no dicta el guion. La clave es leer esa independencia en tiempo real, exigir confirmaciones de flujo y evitar extrapolar líneas rectas en un mapa que cambia por días. En ciclos de ruido alto, la disciplina manda.
Columna con fines informativos. No representa asesoramiento financiero.