El staking en ETFs acaba de dar un paso histórico. Grayscale Investments se convirtió en el primer gestor de activos estadounidense en integrar esta función dentro de sus productos cotizados en bolsa, un movimiento que podría transformar la manera en que los inversores tradicionales obtienen rendimiento de los activos digitales.
Un hito para la inversión regulada
El anuncio, realizado el 6 de octubre, marca la llegada del staking al Grayscale Ethereum Mini Trust ETF (ETH) y al Grayscale Ethereum Trust ETF (ETHE).
Gracias a esta integración, los tenedores de ambos fondos podrán recibir recompensas por staking directamente dentro de sus ETFs, eligiendo entre dos modalidades: reinversión automática de las ganancias para potenciar el crecimiento compuesto, o cobro de los rendimientos en efectivo, ideal para quienes priorizan la liquidez.
Según la empresa, el modelo dual busca atraer a distintos perfiles de inversores: aquellos con visión a largo plazo que buscan capitalizar la acumulación de rendimientos, y quienes prefieren ingresos periódicos sin desprenderse de su exposición al mercado cripto.
Grayscale también habilitó el staking para su Grayscale Solana Trust (GSOL), con planes de incorporar esta función una vez que el producto obtenga la aprobación regulatoria para cotizar como ETF spot. De concretarse, sería uno de los primeros ETPs basados en Solana con capacidad de staking dentro del mercado estadounidense.
Un giro regulatorio decisivo
El staking —el proceso mediante el cual los usuarios bloquean criptomonedas para validar transacciones y obtener recompensas— ha sido uno de los temas más sensibles en la regulación estadounidense.
Durante la gestión del ex presidente de la SEC, Gary Gensler, el organismo sostuvo que algunos servicios de staking podían calificarse como ofertas de valores no registradas, lo que derivó en sanciones a empresas como Kraken. Este escenario generó cautela entre los emisores institucionales, que optaron por eliminar cualquier componente de staking en sus productos para evitar riesgos legales.
Sin embargo, la postura oficial comenzó a suavizarse en el último año. La SEC aclaró que el staking líquido, cuando está correctamente estructurado y cumple con las normas de divulgación, no necesariamente constituye una oferta de valores.
La llegada de una administración más abierta a la innovación digital, sumada a un entorno político más favorable hacia las criptomonedas bajo el nuevo gobierno de Trump, facilitó que gestores como Grayscale reintroduzcan el staking dentro de vehículos de inversión regulados.
Efectos en el mercado de Ethereum
La decisión de Grayscale no solo inaugura un nuevo tipo de producto financiero, sino que también cambia las reglas del juego en la competencia de los ETFs de Ethereum.
Actualmente, los rendimientos por staking en la red Ethereum promedian alrededor del 3,2% anual. Esta rentabilidad puede usarse para compensar los costos operativos de los fondos o incluso para reducir las comisiones de gestión, que en algunos casos alcanzan el 2,5%.
Si los emisores aplican esta estrategia, los ETFs con staking podrían volverse más competitivos, atrayendo tanto a inversores institucionales como minoristas interesados en rendimiento pasivo dentro de un marco regulado.
Además, el aumento de capital institucional en los pools de staking podría fortalecer la seguridad y la descentralización de la red Ethereum, al distribuir mejor el poder de validación. Sin embargo, también existe el riesgo de una mayor concentración si los grandes fondos canalizan sus operaciones a través de proveedores dominantes como Lido, que ya controla cerca del 23% del total de ETH en staking.
Un nuevo frente para los gestores de activos
La introducción del staking en ETFs no solo implica un cambio técnico, sino también una nueva narrativa financiera. Hasta ahora, los fondos cotizados basados en cripto se limitaban a replicar el precio del activo subyacente. Con el staking, pasan a generar flujo de ingresos, algo más cercano a un bono que a una acción.
Este modelo permite a los gestores de fondos capturar valor adicional en mercados que tradicionalmente dependían únicamente de la apreciación del precio. En paralelo, ofrece a los inversores un instrumento que combina exposición al crecimiento de los criptoactivos con rendimiento recurrente, dentro de un marco transparente y auditado.
Impacto sistémico en el ecosistema cripto
Actualmente, más de 36 millones de ETH —equivalentes al 30% del suministro total— están bloqueados en staking, y las decisiones de los grandes gestores pueden alterar significativamente esa dinámica.
Si los ETFs con staking ganan tracción, podrían canalizar miles de millones en capital institucional hacia los validadores, acelerando la maduración del mercado de Ethereum y fomentando mayor estabilidad en su rendimiento base.
Este modelo también podría replicarse en otras redes proof-of-stake, como Solana, Cardano o Avalanche, abriendo una nueva era en la que la generación de rendimiento pasivo se integre directamente a los productos financieros tradicionales.
El paso de Grayscale marca el comienzo de una nueva etapa: la convergencia total entre el mundo institucional y el ecosistema blockchain. Con el staking en ETFs, las criptomonedas dejan de ser solo activos de apreciación y se convierten en instrumentos generadores de ingresos, dentro de un marco regulado y accesible para todos los inversores.
Si otras gestoras siguen este camino, 2025 podría ser el año en que el rendimiento del staking se institucionalizó.