Binance Blockchain Week 2025 volvió a colocar a Dubái en el centro del mapa tecnológico global. La ciudad vive un momento singular: conviven la ambición financiera del Golfo, el criterio institucional de una plaza regulatoria sólida y la energía creativa de miles de fundadores que ven en los EAU un terreno fértil para construir sin fricciones. El resultado es un clima que se siente desde el primer minuto: conversaciones urgentes, proyectos en plena expansión y un público que sabe que está asistiendo a algo más que un evento.
Este año, el programa reunió a algunas de las voces más influyentes del ecosistema. No fue una conferencia más; fue un escaparate de cómo se está configurando la próxima década de infraestructura digital.
Tendencias clave: Bitcoin, tokenisation y el salto hacia infraestructuras institucionales
Entre paneles, cafés y reuniones improvisadas, tres tendencias dominaron la conversación de fondo en Binance Blockchain Week. La primera fue Bitcoin, cada vez más consolidado como activo estratégico en tesorerías corporativas y fondos macro, impulsado por un entorno donde la oferta fija y la demanda institucional empiezan a cruzarse de forma visible. La segunda gran línea fue la tokenisation de real-world assets (RWA): bonos, equity, commodities, real estate y hasta infraestructuras públicas que empiezan a representarse en-chain con una lógica más eficiente que la de los mercados tradicionales. Para muchos participantes, los synthetic assets y los modelos híbridos de liquidez están entrando en una fase de funcionamiento real, no experimental. El tercer eje fue la discusión sobre infraestructura, desde high-performance chains hasta middleware para identidad, compliance automatizado y settlement institucional. La sensación general es que el espacio ha pasado de la narrativa a la ejecución: los componentes técnicos ya existen y ahora se está produciendo la integración que permitirá operar a escala global.
Un cartel que refleja la amplitud del nuevo criptoecosistema
La selección de ponentes mostró la diversidad —y, sobre todo, la madurez— de un sector que ya no gira únicamente alrededor de mercados y precios, sino de productos, tecnología, regulación, identidad digital y cultura.
Tamara Pupic, Managing Editor de *Entrepreneur Middle East*, abrió paso con una reflexión sobre el crecimiento de las economías creativas en MENA y su interacción con modelos Web3. Su intervención marcó el tono editorial del evento: mirada amplia, datos concretos y una inclinación clara hacia el impacto empresarial.
Alex Dreyfus, fundador y CEO de Chiliz, ofreció una perspectiva privilegiada sobre el vínculo entre deporte, blockchain y comunidades globales. Su lectura del fenómeno fan-token ha evolucionado hacia algo más sofisticado que una herramienta de engagement: es una arquitectura económica completamente nueva.
Herman Narula, CEO de Somnia, llevó al público hacia los mundos virtuales persistentes. Su visión sobre cómo se construyen infraestructuras digitales que permitan experiencias complejas —y no simples réplicas de la realidad— fue una de las charlas más comentadas por desarrolladores y arquitectos de producto.
La presencia de Tristan Thompson, estrella de la NBA y cofundador de Basketball.fun, añadió un registro diferente: cómo el deporte profesional está empezando a entender su propio poder en la economía digital.
En la capa más institucional del evento, Zach Witkoff (World Liberty Financial) y Reeve Collins (STBL) analizaron el auge de los activos sintéticos, el papel de las stablecoins en mercados globales y cómo la tokenización está modificando estructuras financieras que llevaban décadas sin una reforma profunda.
Avery Ching, cofundador y CEO de Aptos Labs, ofreció una sesión técnica impecable sobre rendimiento, escalabilidad y seguridad a nivel de protocolo. Su exposición confirmó por qué Aptos continúa posicionándose como una de las cadenas con mejor desempeño real en producción.
Entre los momentos más esperados estuvo la intervención de **Michael Saylor**, cuya influencia en la adopción institucional de Bitcoin sigue siendo determinante. Saylor no repitió el discurso habitual; se centró en las dinámicas de liquidez global, la relación entre política monetaria y demanda de activos digitales, y el avance de Bitcoin como herramienta estratégica de tesorería.
La perspectiva macro vino reforzada por Tony Ashraf (BlackRock) y Ronit Ghose (Citi Institute) – Ambos ofrecieron una lectura detallada del movimiento que está viviendo el sistema financiero hacia modelos tokenizados, en los que la infraestructura blockchain no es un suplemento experimental, sino un componente estructural del mercado.
Finalmente, Eowyn Chen CEO de la super en boga – Trust Wallet, aportó un mensaje simple y contundente: en un mundo donde lo digital se vuelve omnipresente, la autonomía del usuario es una necesidad, no un ideal.
La atmósfera: Dubái en modo aceleración
Los pasillos, cafés y salas laterales estaban repletos de conversaciones que difícilmente podrían haberse dado hace cinco años. Fondos tradicionales explorando activos tokenizados; desarrolladores discutiendo estándares de interoperabilidad; ejecutivos institucionales buscando integraciones piloto; reguladores compartiendo criterios técnicos sobre pruebas de reserva, identidad digital y custodia.
La sensación general: se está construyendo infraestructura real, con capital serio y con una cadencia que otros hubs tecnológicos observan con una mezcla de interés y urgencia.
Dubái ya no es la “alternativa” para el sector; se ha convertido en un punto de referencia.
*CZ vs. Peter Schiff: el debate que definió la semana
El enfrentamiento entre Changpeng Zhao (CZ) y Peter Schiff fue, sin duda, el acto central del evento. Desde mucho antes de que comenzara, la sala principal estaba llena. El público sabía que no se trataba de un intercambio superficial, sino de un choque entre dos visiones coherentes, bien armadas y diametralmente opuestas.
La pregunta en discusión:
¿Qué forma adoptará el dinero sólido del futuro? ¿Un activo nativo digital o un metal noble representado on chain?
La tesis de Schiff: continuidad histórica con herramientas modernas
Peter Schiff defendió el oro tokenizado como el heredero natural del dinero tradicional. Para él, la tokenización no altera la esencia de un activo cuyo valor proviene de su utilidad y su historial milenario. Su argumento central fue que la tecnología permite corregir los puntos débiles del oro —movilidad, verificación, transporte— sin introducir riesgos nuevos.
Afirmó que la portabilidad digital del oro tokenizado elimina las objeciones logísticas que durante años lo habían dejado fuera de ciertas aplicaciones monetarias. Lo expresó con claridad: si la tecnología resuelve el transporte sin tocar la base del activo, se obtiene un instrumento monetario más eficiente.
La postura de CZ: valor nativo del mundo digital
CZ ofreció una perspectiva construida desde la experiencia directa de operar con activos digitales en tiempo real. Para él, el hecho de que Bitcoin sea completamente digital no es una carencia, sino su principal fortaleza. La verificación instantánea, la liquidez global, la resistencia a la censura y la naturaleza descentralizada son elementos que, en su opinión, lo convierten en la piedra angular de una nueva arquitectura económica.
La comparación con las grandes plataformas tecnológicas fue precisa: vivimos rodeados de bienes intangibles cuyo valor no depende de su materialidad. En ese sentido, Bitcoin encaja de manera natural en el tipo de economía que ha emergido en los últimos veinte años.
Un intercambio intenso y respetuoso
El debate se movió entre argumentos macroeconómicos, referencias históricas y observaciones técnicas. Hubo risas, tensión y también momentos de acuerdo sobre un punto clave: los sistemas financieros están atravesando un proceso profundo de digitalización.
La sala salió con la sensación de haber presenciado una conversación que marcará referencia en los próximos años.
Conclusión: un evento que reafirma el papel global de Dubái
Binance Blockchain Week 2025 dejó la impresión de que el sector ha entrado en una fase distinta. El ideario de “la industria del futuro” ha sido reemplazado por la noción de infraestructura presente. Las ideas que se discutieron en Dubái ya no son experimentos: están configurando políticas públicas, modelos de negocio y estrategias de inversión a escala global.
El debate entre CZ y Peter Schiff quedará como uno de los momentos más comentados del evento, pero la verdadera señal vino del ambiente general: fundadores, instituciones y reguladores pensando en conjunto. Dubái se consolida como un punto donde el diálogo entre estos actores no solo es posible, sino habitual.
Un ecosistema en movimiento, con ambición y con una claridad poco común sobre hacia dónde quiere avanzar.


