Bitcoin sigue conquistando el corazón de Wall Street, y los últimos reportes de portafolios corporativos confirman que algunas de las instituciones financieras más poderosas de Estados Unidos han redoblado su apuesta por el activo digital más importante del mundo. Wells Fargo, Cantor Fitzgerald y Jane Street no solo han incrementado sus posiciones en fondos cotizados (ETFs) respaldados por BTC, sino que también han fortalecido sus participaciones en empresas fuertemente expuestas a la criptomoneda, como Strategy (antes conocida como MicroStrategy).
Estos movimientos no son menores. En conjunto, implican miles de millones de dólares canalizados hacia vehículos de inversión ligados a Bitcoin, reflejando un interés institucional que no solo se mantiene, sino que parece acelerarse a medida que el mercado cripto consolida su madurez y su integración con las finanzas tradicionales.
Wells Fargo: un salto exponencial en exposición a Bitcoin
El segundo trimestre de 2025 marcó un punto de inflexión para Wells Fargo en su estrategia cripto. El banco amplió significativamente su posición en el iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock, el ETF más grande enfocado en BTC. Al cierre del 30 de junio, la institución mantenía más de 160 millones de dólares en participaciones de IBIT, frente a los apenas 26 millones registrados al final del primer trimestre.
Aunque su exposición a Grayscale Bitcoin Trust (GBTC) es mucho menor —unos 200.000 dólares—, el verdadero movimiento estratégico se dio en su inversión en acciones de Strategy, con un incremento de 143 millones que elevó su total a 291 millones de dólares. Este enfoque dual, combinando ETFs y acciones corporativas vinculadas a Bitcoin, refuerza la idea de que Wells Fargo busca equilibrar liquidez inmediata con exposición a una estrategia empresarial centrada en BTC.
Cantor Fitzgerald: diversificación y músculo cripto
Cantor Fitzgerald, una firma históricamente abierta a la innovación en activos digitales, también mostró un salto importante. Su portafolio ahora cuenta con más de 250 millones de dólares en ETFs de Bitcoin, destacando la adquisición de 150 millones en el Fidelity Wise Origin Bitcoin Fund (FBTC), mientras redujo en 16 millones su posición en IBIT.
Más allá de los fondos, Cantor Fitzgerald mantiene alrededor de 2.000 millones en acciones de empresas vinculadas al ecosistema cripto, incluyendo Strategy, Coinbase, Robinhood y compañías de minería como Riot Platforms y Terawulf. Su historial, además, incluye una relación estrecha con Tether, el mayor emisor de stablecoins, lo que refuerza su perfil como actor clave en el nexo entre finanzas tradicionales y criptoactivos.
Jane Street: Bitcoin primero, incluso por encima de Tesla
En el caso de Jane Street Group, el viraje hacia Bitcoin es aún más contundente. Su posición en IBIT alcanza los 1.460 millones de dólares, convirtiéndose en la mayor de su portafolio, incluso por encima de su histórica inversión en Tesla, que hoy se sitúa en 1.410 millones. La firma también incrementó su participación en Strategy hasta los 64 millones, aunque redujo su exposición a FBTC en 231 millones, quedándose con una posición residual de 404 millones.
Jane Street complementa su estrategia con inversiones en Coinbase e IREN, lo que muestra una visión diversificada que no se limita a ETFs, sino que también abraza empresas tecnológicas y de infraestructura cripto.
El significado para el mercado
La presencia creciente de instituciones como Wells Fargo, Cantor Fitzgerald y Jane Street en Bitcoin tiene implicaciones profundas. Primero, valida la narrativa de BTC como activo de reserva y cobertura frente a riesgos macroeconómicos. Segundo, aumenta la liquidez institucional en el ecosistema, aunque de forma indirecta, ya que la mayoría de los ETFs no permiten a los accionistas canjear sus participaciones por los BTC subyacentes.
Este fenómeno también plantea un escenario de concentración: un puñado de fondos y grandes actores podría acumular una fracción significativa del suministro circulante de Bitcoin, reduciendo la oferta disponible en el mercado abierto y potencialmente amplificando la volatilidad de precios ante cambios bruscos en los flujos de inversión.
Mientras tanto, la adopción corporativa de BTC sigue un camino ascendente. Si esta tendencia continúa, los próximos trimestres podrían marcar nuevos récords de inversión institucional, solidificando aún más el papel de Bitcoin en las carteras de las mayores potencias financieras de Wall Street.