La Ciudad de Buenos Aires dio un paso decisivo hacia la modernización tributaria y la innovación financiera al habilitar el pago de impuestos con criptomonedas. A partir de ahora, los contribuyentes porteños pueden abonar ABL, Patentes, Ingresos Brutos y hasta trámites como la licencia de conducir o las multas de tránsito utilizando criptoactivos. La medida, anunciada por el jefe de Gobierno Jorge Macri, se complementa con un paquete de cambios regulatorios que buscan crear un “marco fiscal amigable” para atraer empresas Fintech y consolidar a Buenos Aires como capital regional de la innovación.
Una apuesta estratégica para el ecosistema cripto
La novedad no surge en un vacío. Argentina es uno de los países con mayor adopción de activos digitales en la región: existen más de 10 millones de cuentas cripto, lo que representa casi el 22% de todas las cuentas de América Latina. Ese nivel de penetración convierte a la Argentina en un terreno fértil para este tipo de iniciativas.
El gobierno porteño quiere aprovechar esta ventaja. “Queremos que el talento encuentre un lugar para crecer, innovar y liderar sin obstáculos”, expresó Jorge Macri durante la presentación, en la que estuvo acompañado por su jefe de Gabinete, Gabriel Sánchez Zinny, y los ministros Hernán Lombardi (Desarrollo Económico) y Gustavo Arengo (Hacienda y Finanzas), entre otras autoridades. También participaron referentes de empresas Fintech que operan en el distrito.
Cambios en la estructura impositiva
Uno de los ejes centrales es la actualización del nomenclador de actividades económicas, que incorporará la compraventa de criptoactivos como una categoría propia. Esto permitirá a las empresas declarar con mayor simplicidad sus actividades y dará previsibilidad a la industria.
Además, los Proveedores de Servicios de Activos Virtuales (VASPs) serán excluidos del régimen de Ingresos Brutos, una medida celebrada desde el sector privado porque reduce la burocracia y los costos de operar en la Ciudad. Según el comunicado oficial, esto representa “menos trabas y más competitividad para las compañías cripto”.
Otra medida clave es la creación de una base imponible diferencial para la compraventa de criptomonedas. En la práctica, esto significa que los impuestos solo se aplicarán sobre la diferencia de cotización y no sobre el monto total de la operación, alineando así el tratamiento tributario con el de otros instrumentos financieros usados como reserva de valor o medio de pago.
Primeros pasos en el pago con criptos
Actualmente, el sistema está habilitado para un grupo limitado de billeteras digitales, aunque el objetivo es expandirlo a todas en el corto plazo. Mediante un código QR, los contribuyentes pueden elegir pagar en Bitcoin, Ethereum, stablecoins y otros activos digitales. La operatoria se integra a la infraestructura tecnológica existente, asegurando transparencia y trazabilidad en cada operación.
El gobierno porteño considera que esta medida no solo facilita la vida de los ciudadanos, sino que también envía un mensaje a la comunidad internacional: Buenos Aires se perfila como una jurisdicción que no teme a la innovación financiera y que busca reglas claras para el desarrollo del sector.
Un mensaje al ecosistema global
La inclusión del pago de impuestos con criptomonedas coloca a la Ciudad en sintonía con tendencias que ya se observan en otros países y estados que buscan atraer inversión cripto. El hecho de que se implemente en un país con alta adopción digital aumenta sus posibilidades de éxito.
No obstante, la medida también abre debates. Algunos especialistas advierten sobre los riesgos de volatilidad de los activos digitales y la necesidad de contar con una infraestructura robusta de liquidación. Otros señalan que este tipo de políticas son claves para formalizar la actividad cripto y ampliar la recaudación.
Con este anuncio, el gobierno porteño no solo habilita a los ciudadanos a pagar sus obligaciones con criptomonedas, sino que sienta las bases para una política de largo plazo que busca atraer talento, inversiones y empresas del mundo Fintech. La jugada es ambiciosa: posicionar a Buenos Aires como un centro regional en materia de innovación financiera y digital, en un momento en que la Argentina enfrenta desafíos económicos, pero también exhibe un ecosistema cripto vibrante y en expansión.