El más reciente escándalo de Polymarket reavivó esa pregunta después de que un contrato de 16 millones de dólares sobre una supuesta desclasificación de archivos OVNI por parte de la administración Trump en 2025 se resolviera como “YES”, pese a que ningún documento fue publicado oficialmente.
El caso provocó un estallido de críticas, acusaciones de manipulación y advertencias sobre las debilidades estructurales de los oráculos descentralizados que sostienen estos mercados de predicción.
Un “YES” sin evidencia: cómo se resolvió el mercado
La resolución del contrato fue ejecutada mediante UMA’s Optimistic Oracle, un sistema que permite proponer un resultado, abrir disputas y finalmente someter la decisión a una votación de poseedores del token UMA en un esquema commit-and-reveal.
En este caso, el proceso incluyó:
dos propuestas de resultado,
dos disputas,
un voto final on-chain que terminó confirmando YES,
y operaciones de compra al 99–99,9% momentos antes del cierre.
El mecanismo es ponderado por tokens, no por número de participantes ni por volumen de operaciones del mercado. En la práctica, quienes poseen más UMA —frecuentemente los grandes operadores que proveen liquidez— tienen más poder para determinar el resultado final.
El problema: no existe un comunicado oficial del Gobierno de Estados Unidos que confirme que la Casa Blanca desclasificó archivos sobre fenómenos aéreos no identificados en diciembre de 2025.
Los portales públicos revisados, como el National Archives UAP Hub y la sección oficial de AARO, solo muestran actualizaciones rutinarias de material previo, sin órdenes ejecutivas o liberaciones especiales asociadas al periodo evaluado por el mercado.
La comunidad estalla: acusaciones de “scam” y manipulación
Los comentarios dentro de Polymarket fueron inmediatos y contundentes. Entre los mensajes más repetidos:
“Proof-of-whales mechanism”
“Massive scam”
“Manipulating results is unacceptable”
“Hire a lawyer, fight back”
Muchos usuarios argumentaron que la estructura de resolución —basada en votación de tokenholders— permitió que grandes operadores (“whales”) impusieran un resultado que no coincidía con la evidencia pública.
Otros destacaron un matiz clave:
“Manipular el precio es parte del juego; manipular el resultado no lo es.”
La indignación se agravó cuando varios traders mostraron transacciones en cadena donde actores con gran capital compraron casi a precio completo apenas horas antes de la resolución, insinuando que ya conocían cómo votaría el oráculo.
Cómo funciona el incentivo detrás de las compras al 99%
Desde el punto de vista económico, comprar a 0.998 para recibir 1.00 supone una ganancia del 0,2%, que puede ser significativa en órdenes superiores al medio millón de dólares, especialmente si el riesgo de disputa es mínimo.
Ejemplo destacado:
Un operador compró ~615.000 dólares en posiciones “YES” horas antes del fallo, obteniendo un retorno inmediato de más de 1.200 dólares tras la liquidación.
Quien compra así no apuesta a que el hecho ocurrió, sino a que el mecanismo de resolución se inclinará a su favor.
Problemas de diseño que quedaron al descubierto
El episodio volvió a abrir el debate sobre la arquitectura de los mercados de predicción descentralizados y la fragilidad de la “verdad” cuando depende de votaciones tokenizadas.
Entre los puntos críticos señalados por analistas:
Ventanas de disputa demasiado cortas, que favorecen a participantes atentos al minuto.
Bonds bajos (≈750 USD), que permiten propuestas de baja calidad.
Reglas ambiguas, como “consenso de reportes creíbles”, sin lista explícita de fuentes oficiales.
Votación ponderada por tokens, no por participación del mercado, creando un sesgo hacia quienes aportan liquidez o acumulan UMA.
Inconsistencias entre mercados similares, que resolvieron de forma distinta pese a tener reglas casi idénticas.
Casos anteriores —como los mercados relacionados con Ucrania o episodios políticos— ya habían generado preocupación, pero este incidente alcanzó una visibilidad mayor debido al tamaño del mercado y al interés público sobre el tema OVNI.
Un conflicto que llega en plena expansión del sector
El momento no podría ser más delicado.
Según datos , noviembre registró volúmenes combinados récord de 9,5–10 mil millones de dólares entre Polymarket y Kalshi. Además, CNBC integrará datos de predicción en su cobertura en 2026, lo que eleva los estándares de auditoría pública.
Paralelamente, varios estados de EE. UU. están tomando medidas regulatorias contra plataformas de predicción, citando preocupaciones de protección al consumidor. Un incidente como este ofrece munición adicional para supervisores que ya observan el sector con cautela.
Hacia dónde puede evolucionar la gobernanza del “oráculo”
Expertos plantean ajustes que podrían fortalecer la integridad futura:
Ventanas de disputa más extensas para contratos sujetos a interpretaciones públicas.
Aumento del valor de los bonds para propuestas y disputas.
Fuentes oficiales explícitas: Executive Orders, White House Briefing Room, Federal Register, DoD Releases, etc.
Oráculos híbridos o multi-fuente en lugar de votaciones tokenizadas.
Mayor documentación y trazabilidad de decisiones.
Un cierre que deja más preguntas que respuestas
El resultado final —certificado on-chain por UMA el 10 de diciembre de 2025 a las 00:27 UTC— marcó oficialmente un “YES”. Pero para muchos traders, la pregunta no es si hubo o no documentos OVNI desclasificados, sino qué tan resiliente es un sistema diseñado para predecir la verdad cuando la verdad no existe todavía o depende de interpretaciones subjetivas.
En este caso, la brecha entre el resultado on-chain y la evidencia disponible se convirtió en el centro del debate, poniendo bajo la lupa a Polymarket, a su modelo de gobernanza y al futuro de los mercados de predicción descentralizados.


