Las stablecoins, criptomonedas vinculadas al valor de monedas fiduciarias, han superado su papel inicial como herramientas para el trading. Hoy, se están convirtiendo en una infraestructura clave de la Web3, sirviendo como base para pagos, remesas, nóminas, comercio y nuevos servicios financieros descentralizados.
Este crecimiento acelerado es posible gracias a dos elementos fundamentales: claridad regulatoria y desarrollo tecnológico enfocado en la utilidad real.
GENIUS: un marco legal que impulsa la adopción
La ley GENIUS, aprobada en Estados Unidos en julio de 2025, ha sido un punto de inflexión. Esta legislación establece:
Respaldo total en efectivo o bonos del Tesoro a corto plazo.
Publicación mensual de reservas.
Reconocimiento legal como activos no considerados valores.
Supervisión por reguladores financieros como la OCC.
Aunque prohíbe el pago de intereses a los usuarios, están surgiendo alternativas como programas de recompensas, lo que está generando debates sobre los límites regulatorios y los incentivos financieros dentro de la Web3.
Tempo: infraestructura pensada para mover valor
El lanzamiento de Tempo, la red blockchain enfocada en pagos desarrollada por Stripe y Paradigm, marca un paso hacia la especialización. Tempo está diseñada para facilitar pagos con stablecoins en múltiples contextos:
Nóminas automatizadas
Remesas internacionales
Liquidaciones en marketplaces
Pagos entre máquinas (M2M)
Esta red representa una nueva generación de blockchains que priorizan la eficiencia y la integración con la economía digital, en lugar de centrarse exclusivamente en contratos inteligentes o activos especulativos.
Tokenización: la expansión más allá de las stablecoins
Según datos recientes de Token Terminal, los activos del mundo real tokenizados (Real-World Assets, o RWAs) ya están cerca de alcanzar los 300.000 millones de dólares, una meta que originalmente se proyectaba para 2030.
Además, un informe de RedStone Finance estima que los RWAs on-chain podrían alcanzar los 30 billones de dólares para 2034.
Aunque gran parte de este volumen está compuesto por stablecoins como USDT y USDC, lo importante es no perder de vista la tendencia general: las stablecoins lideran, pero los fondos están llegando.
RWAs tokenizados: más allá de los dólares y las acciones
La tokenización abarca mucho más que monedas digitales:
Bonos gubernamentales como Ondo USDY o el fondo de mercado monetario de BlackRock (BUIDL).
Tokens respaldados en oro, como PAXG.
Fracciones de bienes raíces tokenizados.
Materias primas digitales: más de 2.500 millones de dólares en oro, 500 millones en petróleo tokenizado, y activos como plata, productos agrícolas e incluso créditos de carbono.
Incluso Coinbase anunció recientemente un índice de futuros que mezcla acciones tradicionales con cripto, en lo que será el primer producto financiero de su tipo en EE.UU.
Un sistema financiero 24/7, sin fricción
La gran revolución que permite la tokenización es el paso del sistema financiero tradicional, lento y cerrado, a infraestructura blockchain abierta, operativa las 24 horas y programable.
Los beneficios incluyen:
Acceso global a activos antes reservados a instituciones.
Fraccionamiento de inversiones para incluir a más participantes.
Eliminación de intermediarios y comisiones elevadas.
Liquidación instantánea, sin tiempos de espera.
Larry Fink, CEO de BlackRock, ha llamado a la tokenización una “revolución” en la inversión, y ha dicho que “cada activo podrá ser tokenizado” en el futuro.
Esto no es solo una visión teórica: según McKinsey y Token Terminal, la adopción institucional está creciendo con fuerza. La tokenización de fondos y tesorerías está duplicando su volumen, y los mercados de capital están saliendo de los bancos tradicionales para moverse sobre blockchain global.
Números que anticipan el futuro
McKinsey estima que el volumen diario de transacciones con stablecoins superará los 250.000 millones de dólares en 2028, lo que representa más de 90 billones anuales.
Frente a los 11,9 billones en compras con tarjeta en EE.UU. en 2024, el potencial es claro. Solo migrar el 5 % de ese volumen a pagos con stablecoins podría ahorrar miles de millones en comisiones para los comercios.
Además, las reservas que respaldan estas monedas podrían generar decenas de miles de millones en ingresos, que se usan para mantener la red, cumplir regulaciones y ofrecer incentivos.
Las stablecoins fueron el primer paso, pero ahora la tokenización está transformando todo el sistema financiero, desde bonos hasta bienes raíces, materias primas y fondos institucionales. Lo que comenzó como una solución para transferencias rápidas dentro del ecosistema cripto, hoy se está convirtiendo en la infraestructura base de una economía descentralizada, global y siempre activa.
La Web3 ya no es solo promesa. Es una realidad en construcción, donde activos del mundo real se digitalizan, se fraccionan, y se intercambian sin fricción. Y en el centro de todo, las stablecoins siguen liderando, impulsando una nueva era financiera más abierta, transparente y eficiente.