El nuevo token WLFI, lanzado por World Liberty Financial, ha irrumpido en el mercado con una valoración de $5.600 millones, superando a proyectos DeFi consolidados como Aave, Lido, Curve o ThorChain. Sin embargo, una pregunta fundamental domina las conversaciones en la comunidad: ¿qué ha entregado realmente WLFI para justificar semejante valoración?
Gobernanza sin derechos económicos: el único valor tangible
Desde su debut público el 1 de septiembre de 2025, WLFI se presenta como un token de gobernanza, permitiendo a los holders votar propuestas internas como la que permitió su propia transferibilidad. No obstante, no existen derechos de participación en ingresos, equity, ni beneficios financieros vinculados al token, más allá del poder de voto.
Esto significa que, al menos hasta la fecha, WLFI ofrece el mismo nivel de utilidad que decenas de tokens de gobernanza anteriores, sin innovaciones reales en diseño de protocolo ni en su modelo de incentivos.
USD1 y Aave v3: promesas más que realidades
Hasta ahora, World Liberty Financial ha entregado dos productos clave:
USD1, una stablecoin custodial respaldada por BitGo, ya listada en Binance.
Una propuesta para un mercado de préstamos usando Aave v3, supuestamente respaldado por WLFI.
Si bien USD1 está operativa, no ofrece ningún beneficio directo a los holders de WLFI, ni derechos de ingresos, ni descuentos, ni mecanismos de staking.
En cuanto al mercado en Aave, solo existe una propuesta en el foro de gobernanza, sin una implementación activa o interfaz funcional para usuarios. En otras palabras, la promesa más concreta del ecosistema WLFI —su utilidad en un entorno DeFi funcional— aún no ha sido materializada.
¿Cómo se justifican los $5.600 millones?
El token WLFI alcanzó su impresionante valoración luego de una votación comunitaria que lo volvió transferible y habilitó su comercialización en Binance, OKX y Bybit. Sin embargo, la mayoría del suministro aún está bloqueado, lo cual ha concentrado el float y elevado artificialmente el precio en el corto plazo.
Según reportes de Reuters, entidades vinculadas a la familia Trump, como DT Marks DEFI LLC, poseen hasta el 25 % del suministro del token y han generado cientos de millones en beneficios, no por la tenencia del token WLFI en sí, sino a través de equity y derechos económicos en la empresa operadora.
Es decir, los verdaderos ingresos están en manos de la empresa, no de los holders de WLFI.
WLFI vs. gigantes de DeFi: un contraste alarmante
A pesar de su falta de entregables, WLFI ya tiene una capitalización mayor que la de Uniswap, Ethena, Sky, Lido, Curve, Raydium y otros proyectos icónicos del ecosistema DeFi. Lo preocupante es que todos estos proyectos cuentan con productos reales, auditados, utilizados diariamente por miles de usuarios.
Por ejemplo:
Uniswap: el DEX más usado del mundo, completamente funcional y descentralizado.
Aave: líder en mercados de préstamo, con versiones desplegadas en múltiples cadenas.
Lido: staking líquido con integración nativa en Ethereum y Solana.
WLFI, por el contrario, no tiene ni un solo producto DeFi activo al momento de escribir este artículo.
¿Está haciendo WLFI algo realmente nuevo?
La realidad es que WLFI no ha innovado ni en su diseño técnico ni en su modelo de gobernanza. No existen:
Votos vinculantes sobre parámetros del protocolo.
Enrutamiento de ingresos on-chain.
Participación de los holders en comisiones o descuentos.
El único diferenciador hasta ahora ha sido el branding político y la distribución inicial a figuras prominentes, pero nada nuevo desde el punto de vista técnico, financiero ni de gobernanza ha sido presentado.
WLFI parece más un experimento de marca y distribución que un proyecto DeFi con sustancia. Hasta que no se lance un producto usable, con beneficios directos y verificables para los holders, la capitalización de $5.600 millones parece sostenida más por hype que por valor real.
El contraste con proyectos DeFi maduros es claro: estos han construido, desplegado y mantenido productos complejos y funcionales durante años. WLFI, en cambio, solo ha lanzado un token transferible y una stablecoin sin conexión directa con su gobernanza.
La pregunta que persiste en la comunidad es simple pero crítica:
¿Es WLFI un nuevo paradigma para la adopción masiva… o simplemente una burbuja más en camino a estallar?


