Durante meses, Solana se posicionó como la alternativa más veloz y eficiente dentro del universo de Layer-1. Sin embargo, los últimos datos publicados marcan un giro preocupante:
- TVL en caída: la liquidez bloqueada en DeFi sobre Solana retrocedió ~16 %, una cifra considerable para un ecosistema que hace apenas semanas marcaba máximos de actividad.
- Transacciones diarias a la baja: se observa también un descenso de ~11 % en actividad transaccional.
Estas cifras sugieren un cambio en la dinámica de adopción:
no es que Solana deje de funcionar bien —su desempeño técnico sigue siendo robusto—, sino que la actividad del usuario final no acompaña.
Cuando el uso real disminuye mientras el precio mantiene niveles elevados, crece el riesgo de sobrevaloración. Es allí donde algunos inversores comienzan a replegarse, temiendo quedar atrapados en un ajuste más profundo.
Lo que observamos
El gráfico de Solana confirma de manera contundente lo que los datos fundamentales ya venían insinuando:
- Death Cross confirmado: la media de 50 días cruzó por debajo de la de 200, señal clásica de inicio de fase bajista. Lo crítico es que aparece con volumen creciente, indicando venta institucional y salida ordenada, no pánico minorista.
- Pérdida del soporte de $150: este nivel había sido defendido dos veces. La ruptura limpia muestra que los compradores cedieron totalmente el control.
No hay soporte sólido hasta $120–$125, zona donde coinciden:- VPVR con alto volumen histórico,
- retroceso 0.618 de Fibonacci,
- y la base de la antigua estructura de impulso.
- Vacío de liquidez entre $130 y $150: explica la caída rápida: no había órdenes de compra para amortiguar. Esto también significa que cualquier rebote será frágil mientras no vuelva el volumen.
- Momentum claramente vendedor: medias de 9 y 21 días abiertas hacia abajo, máximos y mínimos decrecientes, RSI sin divergencias alcistas.
No hay señal de fondo todavía.
Está corrigiendo por motivos técnicos, fundamentales y de flujo de mercado, no por ruido pasajero.
Solana continúa siendo uno de los ecosistemas más potentes de la industria, pero el mercado está enviando un mensaje claro:
Este no es un punto evidente de compra.
Para que el panorama mejore, es necesario:
- Recuperar los $150 con volumen,
- Ver estabilización del TVL y de la actividad DeFi,
- Detectar divergencias alcistas visibles en indicadores,
- Confirmar rebote claro sobre $120–$125.
Hasta que eso ocurra, la tendencia dominante sigue siendo bajista.
Solana enfrenta uno de sus momentos de mayor tensión del año:
su adopción se enfría, los indicadores técnicos giran a la baja y el precio pierde soportes decisivos.
La buena noticia es que los fundamentos tecnológicos continúan sólidos; la mala, que el mercado necesita pruebas frescas de crecimiento real para retomar la narrativa alcista.
Por ahora, la prudencia manda.
Solana no está muerta —pero sí está corrigiendo con intención. Y cuando eso pasa, la paciencia vale más que la ansiedad por entrar temprano.
Columna con fines informativos. No representa asesoramiento financiero.

Lo que observamos
