Ethereum ha vuelto a marcar un hito en su historia reciente. Su precio, que rompió la barrera de los 4.700 dólares, elevó su capitalización de mercado por encima de los 565.000 millones de dólares, superando a dos gigantes tradicionales: Netflix, con 520.000 millones, y Mastercard, con 519.000 millones. Este ascenso coloca a Ethereum como el vigésimo segundo activo más valioso del planeta, según datos de CompaniesMarketCap.
Crecimiento superior al de Bitcoin en lo que va de año
En 2025, Ethereum ha registrado un rendimiento del 40% frente al 29% de Bitcoin. Aunque la criptomoneda creada por Satoshi Nakamoto aún supera a ETH en retornos anuales, el comportamiento reciente del mercado muestra que Ethereum ha logrado recuperar protagonismo e incluso ganar terreno en el corto plazo.
Actualmente cotiza en torno a 4.680 dólares, apenas un 4% por debajo de su máximo histórico de noviembre de 2021, cuando alcanzó los 4.868 dólares. Este repunte no es un simple movimiento especulativo, sino el resultado de una serie de fuerzas que convergen para impulsar su valor.
El impulso de las compras corporativas
Uno de los principales motores de esta subida es la creciente acumulación de ETH por parte de empresas cotizadas. Entre las más agresivas destacan BitMine Immersion Technologies y SharpLink Gaming, que en conjunto ya controlan más de 8.000 millones de dólares en Ethereum.
A esta carrera se suman nuevos actores como ETHZilla, respaldada por el grupo inversor de Peter Thiel, Fundamental Global, que tiene como objetivo adquirir un 10% de todo el suministro de Ethereum. También aparece The Ether Machine, que ha comenzado a construir su propia reserva estratégica de ETH.
Por qué Ethereum atrae tanto capital
La atracción que genera Ethereum en el entorno corporativo e institucional tiene varias razones clave:
Demanda institucional creciente
Fondos de inversión, empresas públicas y gestores de patrimonio están incorporando ETH a sus balances, viéndolo como un activo fundamental para la infraestructura financiera digital del futuro.Transición a proof-of-stake
Desde su cambio de modelo de consenso, Ethereum ha reducido su tasa de inflación e incluso ha llegado a tener episodios de inflación negativa, algo que incrementa su atractivo como reserva de valor.Dominio en DeFi y tokenización
Ethereum es la plataforma más utilizada para aplicaciones descentralizadas y para la tokenización de activos del mundo real, lo que refuerza su papel como columna vertebral de la Web3.Ingresos por staking
A diferencia de Bitcoin, Ethereum permite a sus titulares generar ingresos pasivos mediante el staking, participando directamente en la validación de la red.
Comparación con empresas tradicionales
El hecho de que Ethereum supere en valor a corporaciones globalmente reconocidas como Netflix o Mastercard refleja un cambio de paradigma. Mientras las empresas tradicionales dependen de modelos de negocio centralizados, Ethereum se basa en un ecosistema descentralizado sostenido por millones de usuarios, desarrolladores y validadores en todo el mundo.
Además, la velocidad de crecimiento de Ethereum impresiona: lo que a las corporaciones históricas les tomó décadas en construir, la red lo ha conseguido en apenas una década desde su lanzamiento en 2015.
Rumbo al top 10 global
Si el ritmo actual se mantiene, algunos analistas creen que Ethereum podría escalar hasta el top 10 de activos globales en los próximos años, compitiendo con gigantes como Apple, Microsoft y Saudi Aramco. Sin embargo, el camino no será lineal, ya que el mercado cripto sigue siendo sensible a cambios regulatorios y macroeconómicos.
Un ecosistema en expansión
Más allá del precio, Ethereum se fortalece como infraestructura financiera global. La integración de soluciones como rollups, mejoras en escalabilidad y avances en interoperabilidad con otras blockchains apuntalan su papel como plataforma dominante. A esto se suma la tendencia creciente de gobiernos y empresas que están experimentando con la emisión de activos digitales y monedas estables sobre su red.
En definitiva, Ethereum no solo compite en capitalización de mercado con empresas multimillonarias, sino que también se está posicionando como la base tecnológica del sistema financiero del futuro. Si el interés institucional y corporativo sigue creciendo, y la adopción masiva avanza, el “orden natural” de los activos globales podría cambiar de forma radical en la próxima década.