Volver de Taipei Blockchain Week 2025 deja la sensación de haber participado en algo más grande que una simple conferencia. Lo que se vivió en estos días fue un testimonio del poder de una comunidad que no solo construye tecnología, sino que construye futuro juntos, y mirando a todas las personas que son parte, o serán de una comunidad híbrida, digital y en persona.
El tema central, “Onboard – AI”, sintetiza de manera brillante el momento que atravesamos: Web3 está saliendo del reducto de los early adopters para entrar en una fase de adopción mainstream, con la inteligencia artificial como fuerza multiplicadora y catalizadora de este proceso. No hablamos ya de potencial abstracto, sino de aplicaciones concretas, de estrategias tangibles y de un movimiento que cada vez se siente más inevitable.
Temas que se trataron fueron obviamente la adopción de cripto a nivel institucional, y el mayor caso de uso de DeFi > las stablecoins.
El mercado cripto en Taiwán ha pasado de la cautela inicial en 2013 a una rápida expansión en 2023 y 2024, respaldada por un marco regulatorio más firme de la Financial Supervisory Commission (FSC). Aunque el país se ha consolidado como un entorno seguro y compliant para exchanges y stablecoins como USDT, también enfrenta retos como el fraude y el pig butchering, lo que hace de Taiwán un caso clave en el equilibrio entre innovación, adopción y protección al usuario.
La comunidad como motor
Lo más impresionante de TBW fue la builder community. No se trata de builders aislados, sino de equipos cohesionados que entienden que su responsabilidad va más allá de desplegar contratos inteligentes o lanzar tokens: se trata de cuidar la experiencia de onboarding del usuario. Vi a equipos obsesionados con simplificar la entrada al ecosistema, con diseñar experiencias claras y con invertir en educación como pilar central.
Ese cuidado es lo que marca la diferencia. Porque sin usuarios, sin confianza, sin una narrativa clara, la innovación se queda en un ejercicio de laboratorio. En Taiwán, lo que vi fue un ecosistema que entiende que la tecnología solo importa si logra llegar y quedarse en la vida de la gente.
Narrativas, reputación y estrategias
Tuve el privilegio de hablar en el panel “Owning the Narrative: IP and Communications Strategies”, donde discutimos cómo fundadores y proyectos pueden tomar control de su propia historia, proteger su propiedad intelectual y comunicarse con claridad en un mercado donde el ruido puede devorar incluso a las mejores ideas.
En Web3, la narrativa no es un accesorio; es parte de la infraestructura. Definir cómo cuentas quién eres, qué resuelves y por qué importas es tan estratégico como el código que está detrás de tu producto. En esa mesa quedó claro que la comunicación, cuando es intencional y estratégica, se convierte en un activo de primer orden.
Un escenario global en Taipéi
El nivel de las discusiones y la calidad de los paneles de TBW fue sobresaliente. Se abordaron desde las aplicaciones consumer-centric que van a llevar Web3 a la vida diaria, hasta cómo AI puede facilitar la adopción masiva y ayudar a cerrar la brecha entre complejidad técnica y experiencia de usuario.
La presencia de Google Cloud como cohost entre otros, y el apoyo del alcalde de Taipéi, Chiang Wan-An, le dieron a la conferencia una dimensión institucional que refuerza la posición de Taipéi como un hub de innovación clave en Asia. Esta alianza entre sector público, grandes tecnológicas y comunidades locales demuestra cómo se construye un ecosistema robusto.
El futuro inmediato
Me llevo de TBW una certeza: Web3 está entrando en su capítulo más desafiante y, al mismo tiempo, más prometedor. La combinación de AI + Web3 tiene el poder de redefinir cómo interactuamos con la tecnología, pero será la community-first mindset la que determine si esa adopción es genuina y sostenible.
Los próximos años no se decidirán únicamente en los laboratorios de innovación o en las métricas de capital levantado. Se decidirán en la capacidad de cuidar al usuario, de hacerlo partícipe, de acompañarlo en su onboarding con confianza y transparencia. Y esa es la lección más poderosa que deja Taipei Blockchain Week: que la innovación sin cuidado se diluye, pero la innovación con comunidad se expande y perdura.
TBW es una cita indispensable para builders y communities y la colaboración se siente en el aire.
Cheers a los organizadores de Taipei Blockchain Week por recordarnos que el futuro no se diseña solo con código, sino también con intención, narrativa y visión compartida.