Durante los últimos años, los activos digitales han generado un nuevo panorama, completamente renovado, para el ecosistema financiero, dándole la oportunidad a personas e inversores de generar ingresos de formas alternativas a las monedas fiduciarias, mediante el trading o los fondos de inversión, para de esta forma sustituir o complementar su economía
Las criptomonedas aparecieron dentro del mapa mundial como una variante, descentralizada, producto de la tecnología blockchain, al convencionalismo y la tradición bancaria, de forma que las personas que quisieran controlar sus propios ingresos sin depender directamente de una institución bancaria, podrían hacer con la seguridad que ofrece el ecosistema de la cadena de bloques.
Con la curiosidad de las personas, que cada vez quieren más saber sobre Bitcoin, Ethereum o Dash -por citar unos ejemplos- y cómo utilizarlas, las criptomonedas además se han convertido en una llamativa fuente de inversión, tanto para minoristas -personales- como institucionales, que buscan la forma de aprovechar todas las bondades de las monedas digitales para hacer crecer sus ingresos, especialmente los ingresos pasivos.
Para invertir en criptomonedas, se pueden emplear diversas formas, como la minería, la compra/venta o trading o a través de fondos de inversión, una opción que ha crecido bastante durante el último año, con mayor cantidad de fondos con una amplia posibilidad de inversión en diferentes criptodivisas. Las inversiones en criptomonedas, además, lucen llamativas por la posibilidad de generar ingresos pasivos, que al igual que los análisis de inversión, se consiguen informándose, siendo cuidadoso y explorando posibilidades concretas dentro de las opciones.
La minería, demanda equipos y conocimientos que posiblemente no todo el mundo pueda costear o permitirse, mientras que la compra/venta o trading, necesita de tiempo y cierto entendimiento de las dinámicas del mercado- porque entenderlo por completo es imposible-, ya que buscar la mejor opción para intercambiar una criptomoneda por otra o una en concreto por dinero fiduciario, es una labor que exige perspectiva y habilidad.
Es aquí, donde aparece la opción de los fondos de inversión en criptomonedas, donde a través de instituciones de inversión colectiva (IIC), las personas pueden invertir su patrimonio de forma profesional, anclados en el conocimiento del equipo gestor, que evaluará y buscará el mejor vehículo para realizar una inversión.
Es importante conocer, antes de plantearse la posibilidad de invertir en criptomonedas, de cualquier forma antes explicada, los potenciales riesgos y limitaciones que pueden surgir durante los procesos de inversión, en general, y particularmente con las criptomonedas, donde aspectos como la volatilidad del mercado o la necesidad de una buena administración -saber cuándo y cómo, y hasta dónde invertir-, se presentan como fundamentales y esenciales para seguir adelante.
De esta forma, los fondos de inversión en criptomonedas, surgen como una alternativa viable, ya que la experiencia de un equipo de gestores y sus conocimientos profesionales, disminuyen considerablemente los diversos riesgos que conllevan. Por otro lado, la falta de regulaciones o parámetros claros para las criptomonedas, han mantenido a raya a potenciales inversores, que esperan condiciones claras para poder aportar capital.
Durante el 2018, pese a la tendencia bajista del mercado de las criptomonedas, diversos inversores e instituciones han mantenido el ímpetu alto con respecto al futuro, dándoles confianza y credibilidad a las mismas, ciertamente las dos palabras clave para el éxito, la adopción y el desarrollo que puedan tener a corto, mediano y largo plazo en la sociedad.
Cuando hablamos de fondos de inversión, este 2018 ha sido un año de crecimiento para las criptomonedas, que han visto cada vez más instituciones y firmas apostando por esta clase de activos y ofreciéndolos en sus carteras. En agosto, Crypto Fund Research, organización que hace seguimiento a los fondos de inversión en criptomonedas en el mundo, publicó un estudio en donde aseguró que el número de fondos de inversión criptográficos crecía de forma acelerada, proyectando para finales de año la creación de más de 160 nuevos fondos. Además, destacaban que en el mundo habían, desde 2014, unos 466 fondos de criptomonedas.
Ciertamente, la meta parece haberse cumplido, ya que según nueva información de su portal, en el mundo hay un total de 644 fondos criptográficos, lo que significa que este año, hasta la fecha, se han creado 178 fondos de inversión en criptomonedas. De esos 644 fondos, un 50% de los mismos son fondos de cobertura, un 48% de capital de riesgo y un 2% son fondos de capital privado. La tendencia bajista, no ha disminuido el interés ni las ganas de invertir por parte de instituciones y minoristas.
Los fondos de inversión en criptomonedas han generado su propio espacio dentro del ecosistema financiero, dando la posibilidad a pequeños o grandes inversores, de buscar la mejor forma de gestionar sus ingresos, de una forma profesional y confiable, buscando como máxima finalidad, la rentabilidad financiera. Ya sea mediante Bitcoin y su liderazgo en el área, la fortaleza y desarrollo de aplicaciones y contratos inteligentes del ecosistema Ethereum, las rapidez en las transacciones de Ripple, la tecnología propia de IOTA o el anonimato de Monero, por citar algunas, cada criptodivisa representa en sí, una filosofía y tecnología detrás, que la hace auténtica y despierta interés en diferentes personas.
Las criptomonedas ganan terreno y aceptación con el pasar de los días, mostrando que las tendencias del mercado no muestran el panorama completo con respecto a los beneficios, el ímpetu y la curiosidad que despierta entre las personas.
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