XRP, el token nativo del ecosistema Ripple, ha protagonizado un nuevo repunte alcista que lo devuelve al centro del escenario. En las últimas 24 horas, el activo subió un 10%, alcanzando los $2.6 por unidad y elevando su capitalización de mercado a aproximadamente $152 mil millones, superando a USDT y reclamando el tercer puesto en el ranking global de criptomonedas.
Este ascenso representa el mayor nivel de precio para XRP desde principios de marzo, y aunque aún se encuentra 24% por debajo de su máximo histórico de $3.4 (alcanzado en enero de 2018), la tendencia es clara: el mercado vuelve a prestar atención a un token que durante años fue sinónimo de controversia regulatoria, pero que ahora parece capitalizar nuevos vientos de cambio.
Tether alcanza un hito… pero no le alcanza
El avance de XRP no puede entenderse sin ponerlo en contexto con el desempeño de su principal competidor inmediato en términos de capitalización: USDT, la stablecoin dominante en el mercado. Esta misma semana, Tether alcanzó por primera vez una capitalización de $150 mil millones, reafirmando su condición como la stablecoin más utilizada del mundo.
Sin embargo, no fue suficiente para mantenerse en el podio. XRP logró superarla por un margen estrecho, empujado por una serie de factores combinados: resolución legal en puerta, expansión estratégica y renovado optimismo especulativo.
Catalizadores del alza: entre la SEC, Hidden Road y Circle
Uno de los elementos clave que impulsa el precio de XRP en este momento es la resolución inminente del conflicto legal entre Ripple y la Comisión de Bolsa y Valores de EE. UU. (SEC). El acuerdo de $50 millones, que ambas partes presentaron como una moción conjunta para su aprobación judicial, no solo libera a Ripple de un peso procesal histórico, sino que también le permite recuperar $125 millones actualmente en custodia.
Este desenlace legal ha sido interpretado por el mercado como una validación del modelo de negocio de Ripple, particularmente porque el fallo anterior —que diferenciaba ventas institucionales de ventas programáticas— se mantiene intacto.
A ello se suman las ambiciones institucionales de Ripple:
En abril, adquirió Hidden Road, un bróker prime multiactivos, por $1.25 mil millones, con el objetivo de trasladar su operativa post-trade al XRP Ledger.
También trascendió que Ripple presentó una oferta de entre $4 y $5 mil millones para adquirir Circle, emisor de USDC. Aunque fue rechazada por considerarse insuficiente, el movimiento deja claro que Ripple quiere consolidar su posición en el mercado de stablecoins y finanzas institucionales.
Regreso al podio: ¿efímero o estructural?
No es la primera vez que XRP ocupa el tercer puesto del mercado. Ya lo hizo en diciembre del año pasado, superando también a Tether y Solana. En aquella ocasión, el rally fue impulsado por expectativas políticas favorables en EE. UU. y el rumor de una posible aprobación de un ETF al contado basado en XRP.
En 2025, la narrativa se repite, pero con más madurez: ya no se trata solo de especulación, sino de consolidación institucional, avances legales y planes estratégicos concretos.
¿Será sostenible? Todo dependerá de varios factores:
La aprobación final del acuerdo con la SEC.
La capacidad de Ripple para convertir sus adquisiciones en productos concretos.
El comportamiento de las stablecoins, cuyo crecimiento sigue firme, pero con un techo regulatorio cada vez más bajo.
El regreso de XRP al tercer lugar por capitalización no es solo una victoria de precio, sino un símbolo de resiliencia. En un mercado donde muchas narrativas se disuelven con el tiempo, XRP ha resistido juicios, congelamientos, restricciones de listado y dudas institucionales.
Hoy, con el precio en alza, el conflicto legal por resolverse y nuevas líneas de negocio en marcha, Ripple parece más cerca que nunca de redefinir su papel en la arquitectura financiera digital.
El mercado observa. Y XRP, una vez más, tiene la palabra.