Durante los últimos meses, distintos informes ya marcaban esta tendencia. El flujo de grandes holders disminuyó, los indicadores de adopción se moderaron y el TVL dejó de crecer. La sensación general es que Cardano entró en una zona de espera, donde incluso quienes creen en sus fundamentos a largo plazo muestran cautela, mientras que los traders más tácticos ven señales bajistas claras. El resultado es un precio debilitado, una confianza tenue y un mercado que vuelve a testear las bases del ciclo.
Lo que observamos
El gráfico semanal de ADA coincide exactamente con esa pérdida de impulso:
tras un avance que llevó al precio a rozar la zona del dólar, Cardano volvió a caer bajo sus soportes críticos. El cruce bajista de las medias de 9 y 21 períodos confirma que el momentum se inclinó de lleno hacia el lado vendedor, mientras que la pérdida del soporte estructural en USD 0,55–0,60 dejó un vacío que ahora dirige al precio nuevamente hacia USD 0,35–0,30, donde históricamente se concentró la mayor liquidez del ciclo. La estructura correctiva ABC está prácticamente completada, con una onda C que continúa desarrollándose y encaja con un objetivo descendente en USD 0,30–0,32, zona reforzada por el VPVR y la base del canal de mediano plazo. El volumen sigue cayendo desde abril, señal de desinterés y ventas escalonadas; y la media de 200 períodos permanece descendente, recordándonos que ADA sigue técnicamente en un mercado bajista macro. Si el rango de USD 0,45 no aguanta, el mercado podría buscar liquidez hasta USD 0,27 antes de estabilizarse. Cardano podría volver a reaccionar en 0,30 —como lo hizo tantas veces en 2022 y 2023—, pero la presión bajista domina y el precio aún no muestra señales de giro real.
Las métricas fundamentales no ayudan a revertir el panorama:
- El TVL se estancó.
- La actividad de smart contracts no acelera.
- La participación de whales disminuyó.
- El ecosistema sigue con baja tracción visible.
El resultado es un feedback loop donde la falta de adopción refuerza la incertidumbre, y la incertidumbre desincentiva nuevas entradas de capital. Los problemas recientes —como conflictos en airdrops, señales de venta de grandes cuentas y retrasos en desarrollos clave— aumentan la percepción de que Cardano no logra traducir su propuesta técnica en uso tangible.
ADA no enfrenta un problema de colapso: enfrenta un problema de relevancia.
Y hasta que las métricas de uso no repunten, seguirá siendo difícil que el precio devuelva la confianza perdida.
Cardano entra en una fase correctiva madura, marcada por debilidad técnica, pérdida de soportes y un ecosistema que no da señales de aceleración real.
La zona de USD 0,30 vuelve a emerger como el nivel psicológico y técnico más importante del ciclo: allí confluyen volumen histórico, liquidez y la base de acumulación de largo plazo.
Mientras ADA no logre cerrar de forma sostenida por encima de USD 0,60, la tendencia sigue siendo bajista y el riesgo de extensiones correctivas permanece.
Esta columna es informativa y no constituye una recomendación de inversión.

Lo que observamos

